La Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Melilla lleva en funcionamiento desde hace diez años con el objetivo de mejorar la vida de todas las personas que sufren esta enfermedad.
El mal del Alzheimer es una patología neurodegenerativa que se caracteriza por la progresiva pérdida de la memoria que suele afectar a hombres y mujeres a partir de los 55 años. Desde su Centro de Día, localizado en Tiro Nacional nº17, la asociación atiende todos los días a quince personas mayores para ayudarles a frenar en lo posible el avance de la enfermedad que en España afecta a más de 700.000 personas.
La asociación cuenta con dos furgonetas, una de ellas adaptadas para minusválidos, un centro de día que tiene gimnasio y cuenta con personal cualificado, y sobre todo, mucha ilusión por ayudar a enfermos y familiares.
Centro de Día
En este centro acogen desde la mañana a los enfermos y les proporcionan una serie de actividades y terapias grupales e individuales. La presidenta y directora del centro, María Dolores Arjonilla, explicó a ‘El Faro’ que la labor más importante que se hace con ellos es recordarles pequeños detalles de la vida diaria, como por ejemplo, el día de la semana, el partido que gobierna o la estación del año en la que nos encontramos. En este sentido, las personas que trabajan con los enfermos deben ser cariñosos y tener una enorme paciencia porque no es sencillo luchar contra una enfermedad que roba la conciencia de quien la padece.
La rutina es un elemento que marca la vida de estas personas en el centro, aunque desde la dirección se intente romper en numerosas ocasiones.
Desde la asociación se encargan de recoger a los enfermos en sus casas y una vez que llegan a las instalaciones se les sirve el desayuno. La primera tarea del día es la terapia cognitiva aplicada al grupo donde se recuerdan conocimientos básicos para la vida de lo enfermos. La siguiente actividad son las manualidades, donde los mayores recuerdan el nombre de los colores, los detalles que pintaron en el día de ayer y realizan una actividad que mantiene al cerebro ocupado y pendiente en la acción que están desarrollando. “Los abuelos pintan cajas decorativas y ahora el Belén, y muchas de las manualidades que han realizado se han puesto a la venta en los rastrillos que organizamos” explicó Arjonilla.
La psicóloga del centro trabaja con los enfermos primero en grupo y luego adaptando la terapia de forma individual a cada paciente. Para finalizar el día, se les sirve la comida y la merienda y se comparte con ellos un tiempo de tertulia y televisión.
“Lo que más les gusta a nuestros mayores es cuando celebramos un día extraordinario, esto es cuando hay celebraciones especiales y cumpleaños” explicó Arjonilla. La asociación tiene la costumbre de celebrar los aniversarios y de obsequiar a los abuelos con un regalo. Los días especiales son aquellos que dedican a una festividad como los Carnavales o la Navidad, cuando los Reyes Magos se acercan para entregarles sus regalos. Por otro lado, también organizan excursiones al parque, al paseo marítimo o al mercado para que no pierdan la costumbre de realizar compras. Otra de las actividades que se organizan son las salidas para comer fuera con el objetivo de que se les devuelva un poco de lo que podría ser su vida normal si no padecieran Alzheimer.
Proyectos futuros
Dentro de las actividades que tiene prevista la asociación está la puesta en marcha de un proyecto de ayuda a domicilio para el año 2010, que podrán solicitar todas las familias que tengan a un enfermo de Alzheimer.
Esta pequeña aportación facilitará a los enfermos la asistencia de una psicóloga y de una cuidadora para realizar una terapia cognitiva individualizada en el propio domicilio de residencia del enfermo. Este tipo de terapia no pretende la recuperación del paciente ya que no tiene cura su dolencia, sin embargo, se intenta que el enfermo ejercite su cuerpo y su mente para frenar el ritmo de degeneración del cerebro.
Por otro lado, la asociación recuperará para el año que viene la Unidad de Respiro de fin de semana. Este proyecto permite a los familiares dejar a sus enfermos en el centro bajo la supervisión de los cuidadores con quienes realizan actividades.
Fuente: elfaroceutaymelilla.es