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La lucha por los recuerdos

«¿Que cómo pasé el confinamiento? Malísimamente. Estaba sola en mi casa. Las horas se me hacían meses y los meses, años». Manuela es usuaria de la Unidad de Estancia Diurna La Estrella, gestionada por la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer del mismo nombre en la capital jienense. Cuando el centro reabrió el pasado mes de julio tras el confinamiento domiciliario decretado a raíz de la pandemia de coronavirus, Manuela recuperó la alegría y desde entonces lo tiene claro: si vuelve a ocurrir lo mismo, se sube «arriba», refiriéndose a la residencia cuya gestión también depende de la asociación y que se encuentra en la planta superior del edificio.

A primera hora de la mañana ha tocado hacer un ejercicio para relacionar utensilios domésticos con el lugar de la casa al que pertenecen, tarea que Manuela revisa con esmero antes de seguir respondiendo a nuestras preguntas. No comete ni un fallo. «Peine en el cuarto de aseo. Sartén en la cocina». Su comida favorita es el arroz y el día anterior, que era el plato principal del menú, le hicieron creer que había sopa de picadillo. «También está buena, pensé, pero cuando empezaron a poner la mesa y los cubiertos y me pusieron un plato de arroz que bendita sea la Virgen Santísima, me dio un vuelco el corazón», cuenta Manuela con una sonrisa que ni la mascarilla puede ocultar ya que se hace visible a través de sus ojos. «Qué rico, con su carne, sus gambas, sus mejillones y calamares», añade.

Más información: Ideal

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