La neurocientífica y profesora de Fisiología en la Universidad de La Laguna (ULL) Raquel Marín habla sobre las consecuencias que puede acarrear a las personas tener una mala alimentación e incluso una mala dieta vegana.
Marín señala que la pobreza influye directamente en la alimentación y pone como ejemplo a Estados Unidos, donde un alto porcentaje de gente pobre sufre obesidad. Resalta que la alimentación tiene una repercusión en el cerebro a todos los niveles y llega a influir a largo plazo en enfermedades como la demencia o el alzhéimer.
Marín además explica por qué tener una mala alimentación influye en el estado de ánimo de las personas y menciona que hay países que han incorporado los probióticos como fórmula para mejorar la salud mental de los ciudadanos.
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