Que la ciencia avanza gracias al impulso de las mentes parece una obviedad. Pero la frase, más allá de lo que se pueda pensar en un primer momento, tiene una carga de profundidad mayor.
Un taco de folios espera a ser rellenado en uno de los despachos de Alzheimer León. En él, las líneas de puntos invitan a rellenar datos personales. No se trata de una suscripción ni de una recogida de firmas al uso. Nada de eso. Los datos que aquí se rellenan dan valor inmortal a lo que uno lleva bajo el pelo.
La ciencia avanza gracias al impulso de las mentes, y por eso se buscan donantes... de cerebro. Alzheimer León trata de seguir sumando personas a la causa para que, cuando éstas fallezcan, su cerebro sirva para la investigación.
«Cuando estudiamos este tipo de enfermedades no nos sirven los modelos de laboratorio o de animales, necesitamos tejiido cerebral humano ya que hay funciones, como la del habla, que no se replican en el resto de seres», explica Laura Fuentes, neuropsicóloga de Alzheimer León.
Se calcula que en España 900.000 personas tienen demencia, razón de más para que merezca la pena. «Una vez la persona fallece es necesario que su entorno familiar sepa que es donante», señala Laura Fuentes que explica que es la propia familia la que tiene que llamar al Banco de Cerebros de Salamanca para avisar de la defunción. «Sin llamada no podemos saber que ha fallecido», comenta Leticia Pérez, trabajadora social de la Asociación.
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