Según la base de datos de SOS Desaparecidos, el 46% de los mayores de 70 años que permanecen desaparecidos en España padecen Alzheimer. La información que maneja esta asociación indica que el 41% de las personas que se perdieron en 2015 fueron localizadas vivas; en otro 41% de los casos, la persona desaparecida fue encontrada muerta; del resto, aún se ignora su paradero.
De entre las personas que fueron halladas muertas, la gran mayoría se encontraron en un radio de 3 o 4 kilómetros de su residencia o del lugar donde fueron vistas por última vez, lo que puede sugerir que un número alto de estas personas se desorientaron y acabaron falleciendo de frío, calor o inanición. Muchos tenían Alzheimer. En estos casos, más que en cualquier otra circunstancia similar, las primeras 48 horas de búsqueda son vitales.
“Esto nos tiene que hacer reflexionar. Nos estamos encontrando cada vez más muertos en las cunetas. Es obvio que hay algo que estamos haciendo muy mal” lamenta Joaquín Amills, presidente de una asociación que hace apenas unas semanas instó al Gobierno a poner en marcha de once medidas urgentes para mejorar la situación de las personas desaparecidas y sus familias.
Las cifras que maneja SOS Desaparecidos, sin embargo, son difíciles de contrastar con las del Ministerio de Interior, ya que los datos que ha hecho públicos recientemente el Gobierno hablan de casi 25.000 desaparecidos en 2015, mientras que durante los años 2010, 2011 y 2012, el número de desaparecidos no alcanzó las 10.000 personas por año. “Es imposible en sólo tres años haya 15.000 denuncias más por desaparición”, denuncia Amills. “O nos mentían antes, o nos mienten ahora”, reflexiona.
Una de las propuestas que ha remitido SOS Desaparecidos al Gobierno hace referencia específicamente a la “creación con carácter de urgencia de una comisión para tratar el aumento de desapariciones de personas mayores de 70 años”. Este grupo de trabajo, sugiere el comunicado de la asociación, debería integrar representantes de Asociaciones de ayuda a enfermos de alzheimer.
La crisis, un lastre para las familias con enfermos de alzheimer
La crisis es uno de los principales motivos que explican el incremento de desaparecidos, según los expertos: “Se han cerrado centros de día, y algunas familias han dejado de tener recursos para contratar a cuidadores especiales”, comenta Amills. Para la organización que preside, la solución requiere la intervención del Estado: “Es necesario proveer a los enfermos de alzheimer de geolocalizadores constantes. No sirven otras medidas, como el uso de móviles o de pulseras o medallas equipadas con dispositivos de alarma, porque no existe la garantía que los enfermos tengan la capacidad de activarlas en caso de que se desorienten”.
La dificultad radica en que los geolocalizadores cuestan entre 110 y 130 euros. Muchas familias no pueden permitirse ese gasto. “Si el Estado no lo asume, al menos que apliquen otras medidas, como la posibilidad de adquirirlas pagándolas a plazos. Por ejemplo, quitándoles 5 o 10 euros al mes de la pensión. No es mucho pedir. Creo que nuestros mayores lo merecen”, lamenta el cooperador.
Tras cuatro años pidiendo una reunión con los representantes del Ministerio de Interior, una comisión de SOS Desaparecidos será recibida por el Gobierno esta misma semana. Amills espera que, por una vez, los representantes del Estado “nos escuchen para comprender, no sólo para responder”.
Fuente: lavanguardia.com