La música es una de las terapias de intervención que mejores resultados ofrece en las personas con demencia. Varios estudios científicos han constatado que las emociones están presentes a lo largo de toda la enfermedad de Alzheimer, y que son rescatables. Esta es una de las enfermedades crónicas con mayor prevalencia en España: al menos uno de cada cuatro hogares se ve afectado por un familiar con esta enfermedad. CEAFA estima en 1,2 millones las personas que viven con demencia, sin contar el 30 o 40% de la población que todavía no ha sido diagnosticada, según la Sociedad Española de Neurología (SEN).
En este contexto, los profesionales sanitarios llevan más de una década valorando soluciones complementarias a la terapia farmacológica tradicional en las personas mayores con deterioro cognitivo. Entre estas nuevas opciones, los estudios destacan fundamentalmente el papel de las terapias musicales “por su alta efectividad, su amplio alcance y su gran adaptabilidad a las distintas fases del Alzheimer”, explica David Curto, director asistencial de Sanitas Mayores.
Lo que se ha comprobado en las residencias de Sanitas son los múltiples beneficios de este tipo de terapias en los mayores. Por un lado, “los asistentes logran expresar sus emociones por medio de la música (verbal o no verbalmente), se relacionan más y mejor entre ellos y experimentan más interacciones sociales positivas”, apunta Curto. Además, se aprecian también ciertas mejorías conductuales y psicomotrices, así como beneficios moderados a nivel cognitivo: evasión de los pensamientos rumiativos, promoción del recuerdo de algunas canciones que parecían olvidadas, mantenimiento de la atención, activación de la reminiscencia, etc..
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