Los sonidos de un bajo empiezan a oírse a lo lejos, donde también se divisa un gran sombrero de pico, típico de las brujas.
Ese sombrero reposa sobre la cabeza de Belén Agudo, quien ataviada con alegres ropas de colores, empieza a ser rodeada por niños, que se sientan en el suelo mirándola con atención y escuchándola. También están los padres quienes, con los pies, siguen el ritmo de blues que marca el bajo de la Bruja Lectora Musiloca, el alter ego de Agudo.
Un cuento empieza a salir de su boca, uno clásico probablemente, aunque también hay lugar para otros menos conocidos, mientras sus cuerdas siguen retumbando, ahora con ritmo de un rock’n roll.
Sus historias, siempre con mensaje, se están convirtiendo ya en todo un clásico en cualquier espectáculo con niños que se organiza en la ciudad textil, ya sea como complemento al mercado de artesanía El Jardín de las Delicias o al festival benéfico Abejarock (que este año organizó actividades para los niños en horario de tarde) o para las Campanadas de Viking Sport&Ocio.
«Todos los cuentos de la Bruja tienen mensaje, no puedo separar tanto la persona del alter ego»
Aunque hay un sitio especial para la Bruja, la librería Hontiveros, donde empezó todo. «Hace un año y medio aproximadamente, unos amigos abrieron una librería con un gran espacio para poder hacer actividades con niños en relación a la lectura», señala Belén Agudo, asegurando que, en ese momento, decidió recuperar sus dotes de actriz de teatro, unirlas con su amor por la música y el bajo en concreto(que también toca con su grupo Swing Calaveras) y añadirle un poco de su toque personal, el que caracteriza a una mujer luchadora que, a sus 47 años, tiene las ideas muy claras.
«Todos los cuentos de la Bruja tienen un mensaje, bien sea de empoderamiento de la mujer, sobre el derecho a la vejez digna, sobre las minusvalías o la discriminación, por ejemplo», señala Agudo, quien ríe al asegurar que «no puedo separar tanto al ser humano del alter ego».
«Cuando tratas con una persona con demencia, sacarle una sonrisa es una pasada»
Y parece que su estilo, con un lenguaje fluido y entendible «pero con mucho vocabulario, que se den cuenta de que una bruja habla mejor que muchos políticos», no solo gusta, si no que atrae, pues siempre cuenta con un gran número de público, especialmente niños.
Sin embargo, Belén Agudo, que es auxiliar de enfermería y trabaja en Afabeco (Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Béjar y Comarca) como estimulada congestiva a domicilio, cree firmemente que, su música, también es buena para los enfermos de alzheimer, ante los que también actúa.
«No hay diferencia en como hago una actuación frente a un grupo de niños que frente a uno de mayores con esta enfermedad», asegura la Bruja Lectora Musiloca quien señala que «en las paredes de Afabeco hay un lema que dice que ‘La felicidad es salud’, y es verdad, por lo que con esto pretendo entretener y que los que me ven se lo pasen bien».
Sin embargo, logra mucho más que eso. «Evidentemente no es lo mismo un adulto que un niño, pero cuando tratas con una persona con demencia, sacarle una sonrisa es simplemente una pasada y a todos nos gustan los cuentos», reflexiona Agudo, quien está convencida de que, para lograr entrar en ese resquicio de lo que queda de la persona que era antes de la enfermedad, hay que hacerlo a través de las emociones.
«La música les ayuda a reconectarse con ellos mismos, a relajarse y a estar más tranquilos»
«Las afectaciones de demencia afectan a la memoria, al habla y a la distinción de cosas o personas... y, después de haber actuado delante de ellos, cuando me ven por la calle, muchos me conocen. Yme reconocen. Me sonríen como diciendo ‘ésta chica me ha hecho reír, me ha hecho sentir bien’», asegura.
Y es que, para ella, lo más importante es «tratar a todo el mundo como personas, independientemente de cuánto midan», y es que la Bruja se mueve más a gusto cuando llega al espacio emocional que todos tienen, grandes y pequeños, enfermos o sanos, con la única diferencia de que «hay que adaptar el sonido y el ruido», para cuidar oídos más o menos sensibles, pero manteniendo siempre la misma dinámica.
Si con los niños, el objetivo es que se diviertan y aprendan valores «más reales», con los mayores la música tiene múltiples aplicaciones que Belén Agudo sabe manejar.
«Con los mayores, además de lo que hago como la Bruja, trabajo también poniéndoles música antigua, averiguando qué escuchaban, con el fin de ayudarles a recuperar recuerdos momentáneamente», asegura.
Para ellos, la música además de un entretenimiento es una terapia, por lo que Agudo les ofrece desde pequeños conciertos a nivel privado con los que recordar algunas vivencias ya borradas por la enfermedad hasta la oportunidad de coger el micrófono con el que, algunos que habían perdido potencia de voz, se vuelvan a oír y se sientan bien.
«Muchas veces los enfermos son conscientes de lo que les pasa, sobre todo al principio, y eso les crea mucho estrés lo cual puede llegar a traducirse en agresividad.La música y el cine de su época les ayuda a reconcentrase con ellos mismos, a relajarse y a estar más tranquilos», sentencia Belén Agudo, quien tiene intención de seguir haciendo crecer este proyecto para «poder llegar a todo el mundo pero manteniendo mi estilo, prefiero tener que pasar la gorra que ser contratada».
Y es que, para ella, «la música proporciona sensación de bienestar y de buen rollo, es una forma de expansión, de relajación, desestrés, conexión... para mí es mi autoestimulador mágico, me ayuda a liberar endorfinas y es como una droga interna que no me deja estar sin tocar».
Fuente: elnortedecastilla.es