Entre las múltiples cualidades que tiene la música, se encuentra ayudar a recordar a aquellos que perdieron en el camino parte de sus vivencias. Y lo hacen gracias al Programa de Musicoterapia implantado por el Servicio Extremeño de Promoción de la Autonomía y Atención a la Dependencia, que llega a unos 200 pacientes de centros de mayores y con deterioro cognitivo. Ejemplo de ello es el centro residencial El Valle de Montijo, en el que un grupo de diez usuarios disfrutan cada semana de una sesión de musicoterapia. Los beneficiarios son personas con alzhéimer que se encuentran en una etapa avanzada de la enfermedad y que no son usuarios de ningún otro programa precisamente por eso, porque su deterioro cognitivo es tan elevado que no les permite participar en cualquier otra actividad.
El proyecto de musicoterapia se implantó en el mes de octubre de 2013 a modo de experiencia piloto, iniciando su andadura además de en el centro de Montijo, en el de Alzheimer de Plasencia. Actualmente llega ya a ocho centros para personas con deterioro cognitivo y a otros ocho centros de personas mayores en la región. Con la implantación de este programa, Extremadura se ha convertido en "la primera comunidad autónoma del país en invertir dinero público en este tipo de terapias innovadoras". Así lo destacó en una visita al centro la directora del Sepad, Cristina Herrera, que expresó además la intención de que el programa se mantenga en el tiempo y llegue a un mayor número de usuarios.
En el centro residencial El Valle son diez los pacientes que disfrutan de esta terapia, que se define como la "utilización científica de la música y sus elementos para conseguir objetivos terapéuticos". Según el profesional que desarrolla cada sesión, el musicoterapeuta Manuel Sequera, se trata de una terapia multimodal que actúan a nivel físico, social, cognitivo y emocional, interviniendo por tanto en la atención, la memoria, el lenguaje, y los recuerdos emocionales. De hecho, aunque sus beneficios no se contabilizan cuantitativamente en sus los pacientes de alzheimer, sí son visibles de manera cualitativa, de tal forma que se observa a los pacientes conectados, orientados y con una expresión de bienestar y satisfacción durante la sesión. Así, se han dado casos tan sorprendentes como el de una persona que sin lenguaje verbal durante años, haya cantado una canción completa en una de las sesiones. Todas las sesiones realizadas se evalúan cada dos meses para ver la efectividad y evolución de los asistentes a la terapia. El tiempo para notar los posibles progresos depende de cada paciente, aunque una simple sonrisa del enfermo ya es alentadora.
El centro residencial El Valle abrió sus puertas en el año 2008 y cuenta con 88 enfermos. Para su bienestar trabajan en el edificio 11 enfermeras y 56 auxiliares, además de fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y psicólogos. Cada sesión de musicoterapia permite a los usuarios aparcar la enfermedad y ser partícipes de la música, lenguaje universal que une incluso a los que ya no se conocen.
Fuente: elperiodicoextremadura.com
