La neuroplasticidad es la capacidad de nuestro cerebro para crear nuevas conexiones nerviosas. Estas conexiones facilitan nuevos aprendizajes, estrategias y huellas de memoria que se ponen en funcionamiento cuando son activadas. Por lo tanto, se puede afirmar que los primeros síntomas del deterioro cognitivo tipo Alzheimer pueden ser minimizados y frenados en su progresión con un entrenamiento cognitivo adecuado”, explica Mariam Carvajal, neuropsicóloga del Centro Avanzado de Neuropatía Real Butterfly, un espacio especializado en el tratamiento del deterioro propio del Alzheimer mediante técnicas no farmacológicas basadas en el concepto de neuroplasticidad.
Los especialistas integrantes de este equipo aplican distintas formas de prevención indicadas para frenar este deterioro, como el Neurofeedback y la metodología PRAI (Puente Real Atención Integral), un tratamiento exclusivo, desarrollado por el centro, que aborda de manera integral e individualizada la atención ofrecida a cada usuario, independientemente del nivel de evolución. Este método incorpora técnicas pioneras que incluyen escalas que permiten objetivar y precisar la valoración del usuario, marcar objetivos de mantenimiento o mejora y diseñar planes de actuación personalizados para alcanzar dichos objetivos. Además, utilizan métodos que tienen una base científica consolidada y que han demostrado su efectividad como el Montessori, entre otros.
DEMENCIA Y ALZHEIMER
S
Aplicación del casco
con electrodos utilizado en la
terapia de Neurofeedback.egún datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la demencia, principal causa de discapacidad y dependencia entre los mayores, afecta a más de 47 millones de personas en todo el mundo. Cada año, se diagnostican más de 7,7 millones de nuevos casos. La enfermedad de Alzheimer (EA) es una de sus principales causas, entre un 60 y un 70% de los casos de demencia esta relacionado con el avance de este trastorno neurodegenerativo, que daña las células cerebrales y lleva a la pérdida de la memoria y al deterioro de otras funciones cognitivas. Se calcula que la EA afecta a 1,2 millones de personas en España y la prevalencia mundial, en las personas de 65 años o mayores, es actualmente de un 6,1% (apróximadamente 24 millones de afectados) y, según las estimaciones de diversos estudios, es posible que esta cifra se duplique aproximadamente cada dos décadas.
Aunque se desconocen las causas concretas de esta patología, su aparición está asociada a una serie de factores de riesgo como la edad, antecedentes familiares y otros factores genéticos como una cantidad anormal de amiloides y proteína tau en el cerebro, hábitos de vida y otras enfermedades concomitantes como la hipertensión o la diabetes.
Según los expertos de Real Butterfly, el deterioro cognitivo tipo Alzheimer es diferente a otras causas de demencia, “provocando un desgaste más rápido de ciertas funciones cognitivas y presentando también sintomatologías específicas como cambios en el humor, ansiedad, depresión, desorientación y trastornos de la conducta, entre otras. La pérdida de memoria episódica es el primer síntoma de esta patología y su detección precoz es fundamental”.
Vicente Lladró, director del centro, explica que la detección precoz en las fases leve y moderada permite frenar y horizontalizar la curva degenerativa, retarasando varios años el proceso.
“Nuestro centro ofrece, por una parte, la terapia en nuestras instalaciones (un recorrido de dos horas y media por cuatro salas terapéuticas específicas); y por otra, la atención a domicilio. Nuestros terapéutas hacen una valoración diagnóstica y luego se establecen unos programas de estimulación adaptados, que llevan a cabo en casa del paciente auxiliares formados por nuestros profesionales”, explica Lladró.
TERAPIAS PIONERAS
E
Los ordenadores
utilizados en la Sala de
Estimulación Neuropsicológica de
Real butterfly.l Neurofeedback es una técnica usada en otros campos de investigación que Real Butterfly aplica por primera vez al Azheimer. Se trata de un método de condicionamiento operante con el que los pacientes “aprenden a modificar su actividad eléctrica cerebral mediante sencillos ejercicios de estimulación, que dejan una huella de memoria. Nuestro cerebro envía constantemente información mediante flujos eléctricos de unas áreas a otras, esos flujos son captados mediante electrodos incorporados a un casco, que transforma las señales en un electroencefalograma que permite medir las ondas cerebrales. Después de unas 15 o 20 sesiones, el estado general del paciente mejora, lo que repercute positivamente en las funciones cognitivas.
La técnica permite evaluar los progresos de manera cuantitativa y cualitativa”, explica la neuropsicóloga Paola García.
Por otra parte, el tratamiento PRAI se fundamenta en seis pilares básicos. En primer lugar, la detección y valoración previa de las funciones afectadas, entre otras la orientación, el lenguaje, el cálculo, el razonamiento y la psicomotricidad. Después, se diseña un plan de atención individualizado para fijar objetivos y adaptar las terapias y servicios más adecuados en cada caso. El siguiente paso es a la aplicación terapéutica, que entrena las funciones no afectadas, compensando así las áreas deterioradas mediante rutinas y pautas, y realizando actividades básicas de la vida diaria. Otros elementos del tratamiento son el seguimiento del desempeño del usuario y el envío de informes de evaluación a la familia. Por último, la reestructuración del plan dependiendo del cumplimiento de objetivos y de los resultados en el estado de salud del paciente.
El deterioro cognitivo tipo Alzheimer difiere de otras causas de demencia, ya que provoca un daño más rápido de las funciones cognitivas. Su detección precoz es fundamental
Fuente: dineroysalud.es
