Sensación de abandono y de incomprensión. Es lo que sienten los familiares de personas con alzhéimer. A la lentitud con la que se resuelve la ayuda a la dependencia en Canarias, se le suma que no existen suficientes recursos públicos específicos para quienes padecen esta enfermedad. Una situación que se traduce en una auténtica odisea para los enfermos, en especial para los que residen en algunas de las islas no capitalinas. Ejemplo de ello es Fuerteventura, donde solo existe una asociación que presta esta ayuda pero que, ante la tardanza con la que llegan las subvenciones, la falta de transporte y otros problemas burocráticos, ha tenido que ir mermando sus servicios. Su continuidad solo está garantizada hasta finales de año.
La Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer AFALF se fundó en el año 1995 en Lanzarote por impulso de unas ocho personas que se plantaron ante la falta de recursos públicos. Su presidente, Manuel Ruiz, explica que aún se echa en falta una mayor inversión por parte de las administraciones públicas, así como una mejora de las ayudas a la dependencia para que se pueda ofrecer una asistencia de calidad a los enfermos.
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