El informa, titulado 'Demencia: una prioridad de salud pública', destaca que se trata de una problemática que, aunque afecta a todos los países, en mayor medida (58%) se ve incrementada en las poblaciones de ingresos bajos y medianos.
Por este motivo, denuncia que, actualmente, sólo ocho países en todo el mundo cuentan con programas nacionales en marcha para hacer frente a la demencia. "Tenemos que aumentar nuestra capacidad para detectar la demencia temprana y proporcionar los cuidados necesarios de salud y sociales. Se puede hacer mucho para disminuir la carga de la demencia ", dice el doctor Oleg Chestnov, subdirector general, Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental de la OMS.
El tratamiento y el cuidado de las personas con demencia en la actualidad le cuesta al mundo más de 460 mil millones de euros por año. Esto incluye el costo de la atención sanitaria y social, así la reducción o la pérdida de ingresos de las personas con demencia y sus cuidadores.
Para tratar problemas de demencia, recomienda que se pongan en marcha programas que se centren en mejorar el diagnóstico precoz, aumentar la conciencia pública sobre la enfermedad y reducir el estigma, y proporcionar una mejor atención y más apoyo a los cuidadores.
El principal problema, señala el informe, es la falta de diagnóstico que es un obstáculo "importante" Incluso en los países de altos ingresos. Cuando se hace un diagnóstico, a menudo se produce en una etapa relativamente tardía de la enfermedad.
Por otra parte, destaca que es "clave" fortalecimiento de la atención. Al respecto, Chestnov denuncia que "trabajadores de la salud a menudo no están debidamente capacitados para reconocer la demencia".
Asimismo apunta a una falta general de información y comprensión acerca de la demencia. "La conciencia pública acerca de la demencia, sus síntomas, la importancia de obtener un diagnóstico, y la ayuda disponible para aquellos con la enfermedad es muy limitado. Ahora es vital para hacer frente a los bajos niveles de conciencia pública y entendimiento, y reducir drásticamente el estigma asociados con la demencia", dice Marc Wortmann, director ejecutivo de la Asociación Internacional de Alzheimer.
Por otra parte, advierte de que las personas que cuidan a una persona con demencia sí son particularmente propensas a los trastornos mentales, como la depresión y ansiedad, y son a menudo problemas de salud física en sí. "Muchos cuidadores también sufren económicamente, ya que pueden ser forzados a dejar de trabajar, reducir el trabajo, o tomar un trabajo menos exigente para cuidar a un familiar con demencia", añade el documento.
Entre las conclusiones, el informe recomienda la participación de los médicos existentes en el diseño de programas para proporcionar un mejor apoyo a las personas con demencia y aquellos que buscan después de ellos.
Fuente: larazon.es