En 2017 la revista ‘Lancet’, una de las más prestigiosas en el campo de la Medicina, publicaba por primera vez que la sordera era un factor de riesgo para el desarrollo del alzheimer. Sin embargo, la investigación no ahondaba en los porqués de esa relación y de qué manera podía estar relacionados.
La Fundación Ramón Areces financiará con 112.000 euros al equipo del investigador salmantino del Ibsal Manuel Sánchez Malmierca para ahondar en el conocimiento dada su dilatada experiencia en cómo el sistema auditivo codifica los sonidos. “El objetivo principal es estudiar las deficiencias neuronales relacionadas con la adaptación neuronal que se produce durante la enfermedad de Alzheimer, así como consecuencia del envejecimiento o de la pérdida auditiva”.
¿Significa que una persona sorda tendrá alzheimer? “El que una persona tenga una discapacidad auditiva no significa que vaya a tener alzheimer, de hecho aún estamos estudiando cuál es la causa original”. El estudio, que probarán mediante un modelo animal, buscará el desarrollo de las hipótesis actuales. “La pérdida de audición provoca que los estímulos externos funcionen peor y que en la corteza prefrontal del cerebro (el área más ejecutiva) se produzca una sobrecarga cognitiva”. Malmierca detalla que la audición normal es un “proceso automático” y al deteriorarse, por edad o traumas acústicos (por ejemplo el uso de un martillo pilón sin cascos), se necesita el sobreesfuerzo de otras zonas del cerebro. “La pérdida de audición da lugar a mecanismos plásticos y cambios en la parte del cerebro dedicada a entender esos sonidos”, incide.
Más información: La Gaceta de Salamanca
