En estos días anda revuelto el patio informativo con la publicación de diversos estudios en los que se señala que los españoles hemos perdido interés por seguir una alimentación saludable, que nos informamos poco acerca del asunto y que el sobrepeso y la obesidad (y todas sus consecuencias) están creciendo en España a un ritmo acelerado y a todas las edades.
Ya hemos reiterado desde estas líneas que la alimentación es el principal factor que puede influenciar nuestra salud presente y futura. Una alimentación saludable previene la aparición de numerosas enfermedades y ayuda, con eficacia, a su tratamiento. Y esta relación beneficiosa no solo alcanza a las enfermedades metabólicas o cardiovasculares (diabetes, hipertensión, dislipemias, etc.) o a los problemas degenerativos cerebrales (Parkinson, Alzheimer, depresión, etc.) sino que también incluye al cáncer: en cualquier listado que consultemos la alimentación siempre ocupa el primer lugar como factor relacionado (de manera positiva o negativa) con el desarrollo de tumores malignos.
Hoy la población española se encuentra entre las más longevas del planeta. Ha habido años que hemos llegado a ocupar el segundo puesto mundial de esperanza de vida (sobre todo en las mujeres), siempre después de Japón que es el líder permanente. Los estudios realizados concluyen por unanimidad que la principal causa de esta mayor longevidad es una alimentación saludable. Se atribuye esas bondades a la llamada Dieta Mediterránea. Y es verdad, pero no a la versión de esta dieta que hoy nos venden en restaurantes, anuncios de televisión y propuestas de Internet. Esta Dieta Mediterránea americanizada no tiene nada que ver con lo que comíamos los españoles hace cincuenta años. La cosa llega a tal extremo que se venden por Internet una Dieta Mediterránea en cápsulas (las hay incluso de categoría 'supreme').
Lo que hay que tener en cuenta es que la longevidad que hoy disfrutamos se debe a lo que comimos hace treinta años, no lo que hemos comido el año pasado. Por eso no es correcto calificar como saludable la forma actual de alimentarnos en España. Ya verán los investigadores dentro de cuarenta o cincuenta años (cuando los jóvenes de hoy lleguen a edades avanzadas) si seremos capaces de mantener tan envidiables estándares de longevidad. Yo creo que no. Solo tenemos que pensar cuál era nuestra alimentación y nuestro estilo de vida hace treinta o cuarenta años y compararlos con los actuales. Introduzco "estilo de vida" ya que en esto de la longevidad también tiene su importancia la cantidad de movimiento que realizamos a diario. Acuérdense (el que tenga edad para ello) la cantidad de ejercicio que se realizaba hace años cuando había que ir a todos los sitios andando, muchas casas no tenían ascensor, los niños jugaban en el recreo del cole por la mañana y en la calle por la tarde y los trabajos manuales (agricultor, albañil, etc.) requerían un gran esfuerzo físico.
Tenemos que alimentarnos de acuerdo a nuestra tradición, disfrutar de una gastronomía tradicional, saludable y placentera y realizar algo de ejercicio físico cada día. Esos son los pilares fundamentales que nos proporcionarán una mayor salud y felicidad para el resto de nuestra vida.
Fuente: eldiariomontanes.es