Desde hace años se plantea un debate en torno a la necesidad de que los afectados por la demencia u otras enfermedades incapacitantes estén acompañados en las consultas hospitalarias por un familiar, para que les ayude a desenvolverse ante el facultativo que les atienda. Con la normativa actual esto no es posible, y el familiar no puede ir a la consulta.
Este es un problema que preocupa a las asociaciones de familiares, que reclaman el derecho de acompañar al paciente, ya que, a causa del alzhéimer, no está en condiciones de explicarse bien. Como presidenta de la Associació de Familiars d’Alzheimer del Baix Llobregat, me hago una pregunta lógica sobre la realidad de la enfermedad: ¿en qué consulta pediátrica se permitiría que un niño de corta edad entrara solo y tuviera que explicar sus dolencias al médico que le atiende?
Nuestros enfermos no son niños, pero su mente está deteriorada por un proceso vital inverso: son incapaces de razonar y de expresarse adecuadamente, por lo que no pueden entrar solos en un consultorio. A causa de su confusión mental, necesitan ir acompañados por seguridad, para la tranquilidad de la familia y para una mejor atención sanitaria.
Como solución, otras autonomías han facilitado ya una tarjeta de acompañante, que permite la entrada del familiar en la consulta, lo que facilita que el enfermo no se altere y que los profesionales de la salud puedan hacer mejor su trabajo. Sabemos que hay buena voluntad para que esta petición se haga efectiva; rogamos, una vez más, que se acelere el proceso y sea pronto realidad en Catalunya por el bien de los enfermos, que, aunque han perdido sus recuerdos, merecen que no se les olvide.
Fuente: spypress.com
