Expertos de Medicina y Arquitectura de las universidades de Málaga y Sevilla se han unido en un proyecto que persigue «un envejecimiento activo y saludable para los pacientes de alzhéimer», según lo define el investigador malagueño Pablo Lara. Se trata de una iniciativa pionera que busca aportar alguna luz sobre cómo deberían estar acondicionados los hogares de estos enfermos para que vivan más seguros y sean más autónomos en sus viviendas.
Este proyecto piloto, que se inició a principios de 2015, tiene como premisa que las personas con esta enfermedad puedan envejecer en sus casas de forma saludable. «Lo que queremos obtener son evidencias de cómo se puede ayudar», apunta Lara, profesor titular y decano de la Facultad de Medicina de la UMA.
Para ello, «tiene que ser un lugar seguro, en el que haya una distribución adecuada del espacio, con espacios diáfanos, que no haya una sobrecarga, que se disminuya el riesgo de caídas», apunta. En definitiva, «ha de ser un lugar que fomente la autonomía del paciente, ya que no pueden valerse por sí mismos. Todo esto va a hacer que ese paciente tenga un entorno más amigable y que el estrés sea menor que en otro tipo de hogar».
Recorrido con luces
Bajo la hipótesis de que la arquitectura y el diseño del hogar pueden ayudar a cuidar del enfermo de alzhéimer, el grupo de investigación, al que pertenecen Lara y los arquitectos Santiago Quesada y Pablo Valero de la Universidad de Sevilla, así como José Manuel Mera, del CRMF San Fernando, estudia implantar rutinas como recorridos dirigidos con puntos de luz para que puedan guiarse por su domicilio; la incorporación de luz natural y colores cálidos para la disminución del estrés; espejos inteligentes; detectores de inundación y temperatura; apagados automáticos; sistemas de control de salida o alarmas técnicas.
El proyecto está englobado dentro del Programa de Doctorado de la Facultad de Medicina de Málaga, y es pionero en toda España dada sus características, según destaca Lara.
Para poder extraer resultados, el trabajo se sustenta en cuatro pilares. En primer lugar, mediante un estudio comparativo de 37 edificios que se han diseñado en distintos países del mundo para enfermos de alzhéimer se trata de hacer un estudio comparativo sobre qué es lo que tienen en común, cuáles son las aportaciones que consideran más relevantes. «De ahí vamos a obtener información relevante», apunta Lara.
El segundo proceso consiste en la realización de una serie de entrevistas a profesionales relacionados con la enfermedad -neurólogos, geriatras y cuidadores- «para conocer su opinión sobre cómo entienden ellos que tendríamos que diseñar el hogar de los pacientes».
El tercer paso es el diseño de test y encuestas con el objetivo de valorar qué piensan los cuidadores familiares y los pacientes sobre cómo debería ser el domicilio perfecto para los pacientes. Estas herramientas permiten valorar, entre otros aspectos, la memoria, el lenguaje, y la atención. Dentro de esta etapa hay una novedad: un test de dibujo. «Le pedimos a los pacientes y cuidadores que dibujen su habitación y casa; todo ello porque es posible que el paciente refleje de esa forma cuáles son sus necesidades», apunta el decano.
Arteterapia
Por último, el arte también es un elemento al que se recurre en este proyecto. Se trata de arteterapia, que trata de fomentar la capacidad artística de los pacientes mediante un plan de visita a edificios arquitectónicos relevantes para ver cómo perciben esa arquitectura y cómo la valoran e intentar obtener alguna información de cómo ellos ven esa realidad y de qué manera refleja cuáles son sus necesidades en lo que sería el diseño de su hogar desde el punto de vista arquitectónico.
Estos ensayos se realizan con la colaboración de AFA Málaga (Asociación de Familiares de Personas con Alzhéimer) y cuentan con una población de más de 100 pacientes.Esta iniciativa cuenta además con un elemento que ayuda a la obtención de resultados: las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). La integración de las mismas en viviendas de nueva construcción que pueden ser adaptables en el futuro pueden ofrecer conclusiones que satisfagan las necesidades de estos usuarios.
Con todo esto, el proyecto espera poder facilitar la vida de las personas con demencia «en un plazo de un año y medio o dos», según apunta Lara, y aportar datos locales que mejoren la vida de estas personas, a lo que se suma la pretensión de que los resultados también puedan traspasar nuestras fronteras.
Fuente: diariosur.es