Esta es la conclusión del estudio ADNI (Alzheimer's Disease Neuroimaging Initiative), que ha incluido casi 2.500 ancianos de la población general de los EE.UU. Originalmente diseñado para la caracterización de la patogénesis del deterioro cognitivo leve (MCI) y de la demencia, analizó la edad de los pacientes a la diagnosis, comparando la de los que sufrían apnea del sueño con la de los que respiraban normalmente. De 148 pacientes en el primer grupo, 47 habían utilizado de forma asidua un dispositivo de presión positiva continua (CPAP). Mientras que la edad al diagnóstico del MCI en este grupo fue de casi 84 años, en la del grupo que no utilizó CPAP a pesar de sufrir apnea del sueño fue de 73 años. Esta diferencia de hizo aún mayor al excluir a los pacientes insomnes y considerar solamente a los que desarrollaron MCI durante el transcurso del estudio. Unas diferencias similares fueron constatadas con respecto al inicio de la demencia de Alzheimer, que se retrasó 5 años con el uso de CPAP.
El efecto protector de la CPAP ha sido reportado en otro estudio, realizado en la Universidad de Milán, que demostró que esta terapia no sólo evita los daños cerebrales sino que incluso puede reparar los ya existentes, normalizando el volumen de sustancia gris en el giro temporal superior y en el córtex orbitofrontal y entorrino en tan solo 3 meses. Estos cambio se asociaron a una mejora cognitiva, ya apreciable a las pocas semanas del inicio del tratamiento. También el daño a la sustancia blanca que forma los haces de fibras nerviosas pudo ser revertido, si bien en un lapso de tiempo considerablemente mayor. Ricardo Osorio, director del estudio ADNI, manifiesta que sigue siendo necesario un estudio aleatorizado que confirme estos resultados, a pesar de la dificultad representada por la baja adherencia al uso de dispositivos CPAP.
Fuente: immedicohospitalario.es
