- La formación del grupo Voces de la Memoria ha acelerado los procesos cognitivos de los integrantes, les ha insuflado ilusión y están mucho más motivados
- El coro formado por enfermos de Alzheimer de Valencia deleita a los vecinos de San Vicente en su primera salida
Las aprenden en inglés o en euskera, a pesar de no haber tenido contacto con estas lenguas. Rememoran las de la infancia y añaden a su repertorio otras nuevas. Los componentes del coro Voces de la Memoria mejoran su calidad de vida a base de aprender nuevas letras de canciones. Y es que no se trata de grupo tradicional, pues sus miembros sufren la enfermedad de Alzheimer, contra la que luchan gracias a la musicoterapia.
La Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Valencia (Afav) formó el coro en 2010, aunque desde hace casi 10 años trabajan la musicoterapia en forma de taller que imparte Salvador Cito. Los integrantes de Voces de la Memoria abandonaron durante un día su entorno para actuar en la localidad de San Vicente, en su primera salida de la capital de Comunitat Valenciana.
Los efectos de la musicoterapia con los pacientes del centro es muy palpable, como señala la directora del centro de Valencia, Ana Morón, pero con el coro «fue inmediata», tanto en pacientes . A los seis meses de empezar con ella «comenzaron a aprender y se acoplaron perfectamente». Además de los avances cognitivos derivados del aprendizaje de las canciones, la terapia con música también influye en el plano emocional.
«Ellos se sienten muy motivados, que son válidos; son aspectos positivos que se transmiten a las familias, lo que les hace comprender mejor la enfermedad». Se llevan las letras a casa para practicar los conciertos, ya que, como para cualquier intérprete, la puesta en escena es fundamental. «La respuesta de los pacientes es muy positiva tanto en el día, con la rutina, como cuando hacemos las salidas, que ya se acercan a la decena», según aclara Morón.
Canciones de la infancia como el canal para evocar recuerdos lejanos y otras nuevas con las que acentuar el trabajo neurológico. Pero sin duda, una de los mayores logros deriva del hecho de que «la mayoría tienen entre 60 y 70 años y no han tenido relación con el inglés», idioma al que se adaptan para recitar piezas de gospel.
El éxito de la formación musical suscitó la edición de un documental con su actuación en el Palau de la Música. A raíz de su publicación, otros centros se han interesado por la terapia a través de la música y el coro, tan funcional en el caso de los usuarios de Valencia y que tan buenos resultados les ha dado esta forma de trabajo en el centro de la asociación valenciana, que atiende a alrededor de 120 usuarios y emplea a 24 personas y otras 35 participan de forma voluntaria.
Los nervios eran evidentes antes de partir el día de la actuación hacia el municipio de L'Alacantí. «Llevan una semana ensayando las canciones y ultimando el concierto».
El más joven tiene 52 años y la mayor 87 y aunque no todos han podido trasladarse hasta San Vicente por dificultades de movilidad, «están muy ilusionados con la salida». Pero claro, un viaje de dos horas no es apto para todos ellos
El ciclo 'Veïns i Salut' contó además con la charla del doctor Antonio Ríos y finalizó con la intervención de la psicóloga Lucía Rojas Marcos, con la conferencia 'La adaptación saludable a los cambios'. La alcaldesa de la localidad, Luis Pastor, destacó de la interpretación del coro «la gran capacidad de superación que han demostrado estas personas enfermas de Alzheimer que han ofrecido una entrañable actuación musical en el Auditorio».
La Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Valencia lleva más de veinte años activa dedicada a «buscar recursos que permitan mejorar calidad vida enfermo y tenemos mucho interés investigar y averiguar terapias novedosas», pero que a la vez sean atractivas, tanto para los terapeutas como para los pacientes.
El colectivo prueba el Pixels Therapy, una nueva actividad de estimulación cognitiva que utiliza un espacio de pared previamente cubierto por pintura imantada en el que se colocan piezas cuadradas de diferentes tamaños y colores.
Desde hace poco tiempo también emplean una sala multisensorial Snoezelen, un espacio destinado a la estimulación de los sentidos y que fundamentalmente se han usado en personas con discapacidad motora e intelectual.
Las aprenden en inglés o en euskera, a pesar de no haber tenido contacto con estas lenguas. Rememoran las de la infancia y añaden a su repertorio otras nuevas. Los componentes del coro Voces de la Memoria mejoran su calidad de vida a base de aprender nuevas letras de canciones. Y es que no se trata de grupo tradicional, pues sus miembros sufren la enfermedad de Alzheimer, contra la que luchan gracias a la musicoterapia.
La Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Valencia (Afav) formó el coro en 2010, aunque desde hace casi 10 años trabajan la musicoterapia en forma de taller que imparte Salvador Cito. Los integrantes de Voces de la Memoria abandonaron durante un día su entorno para actuar en la localidad de San Vicente, en su primera salida de la capital de Comunitat Valenciana.
Los efectos de la musicoterapia con los pacientes del centro es muy palpable, como señala la directora del centro de Valencia, Ana Morón, pero con el coro «fue inmediata», tanto en pacientes . A los seis meses de empezar con ella «comenzaron a aprender y se acoplaron perfectamente». Además de los avances cognitivos derivados del aprendizaje de las canciones, la terapia con música también influye en el plano emocional.
«Ellos se sienten muy motivados, que son válidos; son aspectos positivos que se transmiten a las familias, lo que les hace comprender mejor la enfermedad». Se llevan las letras a casa para practicar los conciertos, ya que, como para cualquier intérprete, la puesta en escena es fundamental. «La respuesta de los pacientes es muy positiva tanto en el día, con la rutina, como cuando hacemos las salidas, que ya se acercan a la decena», según aclara Morón.
Canciones de la infancia como el canal para evocar recuerdos lejanos y otras nuevas con las que acentuar el trabajo neurológico. Pero sin duda, una de los mayores logros deriva del hecho de que «la mayoría tienen entre 60 y 70 años y no han tenido relación con el inglés», idioma al que se adaptan para recitar piezas de gospel.
El éxito de la formación musical suscitó la edición de un documental con su actuación en el Palau de la Música. A raíz de su publicación, otros centros se han interesado por la terapia a través de la música y el coro, tan funcional en el caso de los usuarios de Valencia y que tan buenos resultados les ha dado esta forma de trabajo en el centro de la asociación valenciana, que atiende a alrededor de 120 usuarios y emplea a 24 personas y otras 35 participan de forma voluntaria.
Los nervios eran evidentes antes de partir el día de la actuación hacia el municipio de L'Alacantí. «Llevan una semana ensayando las canciones y ultimando el concierto».
El más joven tiene 52 años y la mayor 87 y aunque no todos han podido trasladarse hasta San Vicente por dificultades de movilidad, «están muy ilusionados con la salida». Pero claro, un viaje de dos horas no es apto para todos ellos
El ciclo 'Veïns i Salut' contó además con la charla del doctor Antonio Ríos y finalizó con la intervención de la psicóloga Lucía Rojas Marcos, con la conferencia 'La adaptación saludable a los cambios'. La alcaldesa de la localidad, Luis Pastor, destacó de la interpretación del coro «la gran capacidad de superación que han demostrado estas personas enfermas de Alzheimer que han ofrecido una entrañable actuación musical en el Auditorio».
La Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer de Valencia lleva más de veinte años activa dedicada a «buscar recursos que permitan mejorar calidad vida enfermo y tenemos mucho interés investigar y averiguar terapias novedosas», pero que a la vez sean atractivas, tanto para los terapeutas como para los pacientes.
El colectivo prueba el Pixels Therapy, una nueva actividad de estimulación cognitiva que utiliza un espacio de pared previamente cubierto por pintura imantada en el que se colocan piezas cuadradas de diferentes tamaños y colores.
Desde hace poco tiempo también emplean una sala multisensorial Snoezelen, un espacio destinado a la estimulación de los sentidos y que fundamentalmente se han usado en personas con discapacidad motora e intelectual.
Fuente: lasprovincias.es