Según han demostrado investigadores de la Universidad de Exeter, King's College London (Reino Unido) y la Universidad de Bergen (Noruega), los analgésicos a base de opiáceos, recetados comúnmente para tratar el dolor, tienen hasta tres veces más efectos secundarios en las personas con demencia, en comparación con placebo.
En un ensayo controlado aleatorizado de 162 residentes noruegos de
centros de acogida, el equipo encontró un aumento significativo en los efectos secundarios, como cambios de personalidad, confusión y sedación, que pueden afectar seriamente la vida de las personas con demencia.
Asimismo, en otro estudio las personas con la enfermedad de Alzheimer respondieron a una dosis mucho más baja para aliviar el dolor y experimentaron más efectos adversos cuando la dosis se aumentó a un nivel normal.
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