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Las placas cerebrales relacionadas con la enfermedad de Alzheimer podrían ralentizar el flujo sanguíneo

Una nueva investigación con animales sugiere que las placas de proteína β-amiloide, que se asocian hace mucho tiempo con la enfermedad de Alzheimer, también podrían restringir el flujo sanguíneo cerebral.

Las neuronas necesitan glucosa adicional (que proporciona el torrente sanguíneo) como energía siempre que hay un aumento en la actividad cerebral. Las neuronas solicitan glucosa a través de otro tipo de célula, los astrocitos, que tienen unas minúsculas proyecciones, denominadas podocitos, que indican al vaso sanguíneo que se expanda cuando se necesita más sangre.

Los investigadores se preguntaron si una acumulación de placa amiloidea alrededor de los vasos podría ‘desplazar’ a los podocitos, haciendo que los mensajes neurales no pudieran transmitirse. Mediante escáneres de alta tecnología, los científicos determinaron que la amiloide vascular desplazaba a los podocitos e interfería con la regulación normal de los vasos sanguíneos. Esto pareció confirmarse en un modelo animal de enfermedad de Alzheimer, en el cual, en los lugares donde no había amiloide vascular, se observó una respuesta muy robusta en los vasos sanguíneos, pero en los vasos rodeados de placa, se objetivó una respuesta muy disminuida.

A medida que la acumulación de placa empeora, la amiloide vascular rodea a los vasos sanguíneos. Entonces se forman vínculos entre los vasos, creando un ‘exoesqueleto’ rígido que dificulta la capacidad de los vasos de dilatarse o contraerse.

Fuente: neurologia.com

Con la colaboración de