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«Lo ideal sería actuar antes de la pérdida de neuronas»

El doctor Carlos Marsal es el jefe del Servicio de Neurología del Hospital de Toledo, que está integrado por un total de 13 médicos. También es miembro de la Sociedad Española de Neurología y una de las voces más autorizadas para hablar del cerebro a nivel nacional. Además de experto, es un profesional muy pedagógico que se hace entender con facilidad.

¿Qué diferencia hay entre demencia y alzheimer?
El alzheimer es el principal tipo de demencia. Hay otras como los tumores o la hidrocefalia, pero la más frecuente es el alzheimer. Se trata de una patología neurodegenerativa asociada a la edad y es cada vez más frecuente dado el envejecmiento poblacional por las mejoras sociosanitarias.

Usted habla de esta enfermedad como la pandemia del siglo XXI.
Cierto. El factor de riesgo es la edad y al no tener tratamientos curativos, la enfermedad de alzheimer va a ser un gran problema. De hecho ya lo es. Es un problema sociosanitario de primer orden. Además, causa dependencia, afecta al familiar más cercano, el que se hace cargo del paciente y, por tanto, son necesarios recursos sociosanitarios más amplios.

¿En qué momento un simple olvido se convierte en un olvido preocupante?
Los familiares se tienen que preocupar cuando la pérdida de memoria asocia otros déficits cognitivos como la desorientación o el trastorno del lenguaje y cuando afecta a las actividades de la vida diaria del enfermo. Esto es, cuando una persona que hacía bien la comida empieza a olvidar los ingredientes o una que hacía bien sus gestiones bancarias deja de hacerlo y empieza a equivocarse en las cuentas. Hay que encender la alarma cuando estas quejas afectan a la vida diaria. En ese momento la visita médica es obligada, pero lo ideal sería hacerla antes.

¿Qué pasos deben seguir los enfermos y sus familias?
El diagnóstico empieza con la visita al médico de cabecera, que determina si estamos ante un caso de deterioro cognitivo. Si es así lo deriva al neurólogo, quien realiza una evaluación. Son muy importantes los estudios neuropsicológicos, los test de cribado, que están estandarizados y nos dicen cuando un paciente responde a un caso leve o está en un rango alto de demencia.

¿Qué tratamientos se aplican en estos momentos?
Son farmacológicos, concretamente inhibidores de colinesterasa que reducen la pérdida de neuronas. Lo ideal sería actuar antes de la pérdida de neuronas. Por eso, los médicos especialistas recomendamos trabajar con medidas no farmacológicas antes de todo eso y aplicar hábitos cerebrosalusables.

¿Cuáles son?
Para intentar prevenir o retrasar el deterioro cognitivo y evitar otras enfermedades como los ictus hay que evitar factores de riesgo vascular cerebral, el principal es la hipertensión. La gente a determinadas edades se debería controlar la tensión arterial.

También es importante la vigilancia de otras enfermedades que intervienen en estas patologías, es decir, el control de la diabetes o el colesterol si existen, así como el abandono de hábitos tóxicos como el tabaco y tener una dieta saludable. Basta con centrarse en el consumo abundante de futas, verduras, legumbres, cereales, alimentos de temporada, pescados al menos dos veces a la semana... Además, las vitaminas del tipo B son absolutamente necesarias para el buen funcionamiento neuronal.  

También es importante el ejercicio físico moderado, porque es beneficioso para el cerebro. Hablo de un paseo de 20 minutos al día. Y no podemos olvidarnos de la actividad cerebral, de mantenernos activos con lectura o realizar actividades de ocio gratificantes. Son hábitos de vida, no hay que tomar ninguna pastilla, pero protegen el cerebro.
Además hay que controlar el estrés crónico, que tiene un efecto nocivo sobre las neuronas y altera el sueño, por lo que es un factor de riesgo de depresión.

¿La depresión tiene algo que ver con las pérdidas de memoria o la aparición de demencia?
Cuando un paciente viene a consulta con problemas de memoria hay que buscar el lado afectivo, porque muchas veces no estamos ante un caso de enfermedad de alzheimer sino que los olvidos vienen derivados por un estado de ánimo bajo, por prestar menos atención a las cosas, por dormir peor... y todo eso tiene otro tipo de enfoque. Pero también es cierto que la depresión puede ser un factor de riesgo para desarrollar un deterioro congnitivo. Por eso es importante diagnosticarla y tratarla.

¿En qué punto de investigación está la vacuna contra el alzheimer?
Es una línea de investigación más, igual que se utilizan otras con moléculas o trabajo con células madre. La vacuna lo que intenta es inmunizar utilizando proteinas que están en el cerebro de los pacientes de alzheimer. Pero hoy por hoy sigue siendo investigación, solo investigación.

Antes hablaba de alzheimer y dependencia. ¿Qué vinculos tiene el Servicio de Neurología con otros servicios sociosanitarios para aportar un tratamiento multidisciplinar?
Tenemos vínculos con la Unidad de Memoria del Servicio de Geriatría del Hospital Virgen del Valle de Toledo, de hecho compartimos una neuropsicóloga.También existe asistencia social para intentar vehicular a los pacientes que lo precisen con los temas de dependencia, aunque se hace generalmente a través de los centros de salud.

El alzheimer no es hereditario pero hay familias que están plagadas de enfermos de alzheimer...
No es hereditaria en el 90 por ciento de los casos, pero hay mutaciones genéticas que podrían iniciar la enfermedad. En cualquier caso, este tipo de enfermedades son multifactorales, no podemos olvidarlo.

Otra enfermedad neurodegenerativa es el parkinson. ¿Ha habido avances en el diagnóstico?
Cuando comienza el parkinson puede pasar desapercibido pero el diagnóstico, hoy en día, se hace con claridad. Los tratamientos mejoran al paciente más que en el caso del alzheimer pero con el paso del tiempo la enfermedad sigue progresando. Aparte de la famacología, también hay formas nuevas de tratamiento y neurocirugía, algo que no existe con el alzheimer. Hay más vías abiertas, es decir, el parkinson tiene más puertas abiertas.
¿Y la esclerosis múltiple?
La principal diferencia es que afecta a personas más jóvenes que el alzheimer y el parkinson.
¿Cómo afecta la existencia de cualquier otra enfermedad a las degenerativas?
Los enfermos de alzheimer generalmente son personas mayores por lo que tienen múltiples patologías. La aparición de cualquier enfermedad, por ejemplo un cuadro febril o una neumonia, les afecta de forma aguda, llegando a agravar mucho sus síntomas. En el caso de enfermos de alzheimer, una fiebre aguda puede provocar cuadros confusionales intensos. Por tanto, otras enfermedades interfieren muy negativamente.

¿Un cerebro más ‘entrenado’ dificulta la aparición de una enfermedad neurodegenerativa?
Una persona así puede padecer alzheimer pero se supone que este tipo de pacientes tienen cerebros con capacidad para tapar los déficit cognitivos iniciales. Es decir, inicialmente se van a manejar mejor a nivel cognitivo que pacientes que hayan tenido la mala suerte de no poder entrenar su cerebro previamente.

¿Qué ejercicios recomienda?
Hay un montón de programas de entrenamiento. Los neurólogos recomendamos estimular el cerebro con actividades nuevas porque eso favorece la creación de nuevas conexiones neuronales. Por ejemplo viajar, relacionarse socialmente, todo eso puede aumentar la reserva cognitiva del paciente y ayudar a que se maneje mejor.
Los programas estandarizados son cuadernos en los que hay lectura, escritura, problemas simples para intentar una resolución inmediata...

¿Los enfermos necesitan un tutor?
Es conveniente que algún familiar se encargue, también ocurre en los centros de día con cuidadores profesionales.

¿Hay algún tratamiento con el familiar del enfermo?
Tener un tratamiento también con el familiar cuidador del enfermo de alzheimer sería lo ideal pero es muy difícil desde la consulta. Se debería vigilar el cuidado del cuidador porque son personas que se van a sobrecargar y es fácil que acaben desarrollando ansiedad, estrés crónico o depresión y, por eso, el cuidador debería tener más vigilancia. Es un caballo de batalla que hay que trabajar porque el cuidador está más desasistido.

¿Han afectado los recortes al Servicio de Neurología?
Han afectado a todo el mundo. Nosotros mantenemos nuestras consultas y la atención a los pacientes. Nos gustaría tener más medios, como a todos. Por ejemplo en la consulta de demencia necesitaríamos tener un psicólogo clínico y no solo el que hace los test. Así el cuidador del enfermo también podría hablar de cómo se siente y no solo el paciente. En estos momentos es más dificil de conseguir pero espero que este tipo de prestaciones se puedan incluir pronto en nuestra cartera sanitaria.

¿Trabajan con el Servicio de Psiquiatría?
Sí, en ocasiones podemos derivar a pacientes o cuidadores de pacientes.

¿Puede parecer que hay una enfermedad y al final acabar siendo otra?
Al inicio puede haber confusión, por eso trabajamos con nuestros compañeros de Salud Mental.

Todos tenemos dolores de cabeza pero ¿cuándo existe un problema neuronal?
La cefalea es el síntoma más frecuente que padece el ser humano, todo el mundo lo ha experimentado, aunque sea asociado a otro problema como la fiebre. Otra cosa son las cefaleas primarias, las jaquecas y migrañas. Un porcentaje muy importante de la atención en las consultas de neurología tiene que ver con ellas porque son muy muy frecuentes. Afectan fundamentalmente a mujeres, mujeres jóvenes en edad laboral. Hay numerosos tratamientos por lo que recomiendo acudir al neurólogo para tener el diagnóstico.

Fuente: latribunadealbacete.es

Con la colaboración de