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Los ácidos grasos omega-3 retrasan la progresión del deterioro cognitivo y la demencia

Los ácidos grasos omega-3 son esenciales en la dieta y fundamentales para el desarrollo del cerebro y su funcionamiento. Diversos ensayos sugieren que una dieta deficiente en omega-3 puede contribuir al desarrollo de trastornos psiquiátricos, deterioro cognitivo y retraso del desarrollo neurológico. Éstas son algunas de las principales conclusiones que se han presentado en el marco del congreso de Food and Behaviour Research (FAB), celebrado en Oxford (Reino Unido) con el apoyo de Laboratorios Angelini, donde se ha revisado el papel de la dieta en la función cognitiva.

"La evidencia epidemiológica indica que las personas que consumen más pescado tienden a preservar más la función cognitiva y disminuir el riesgo de demencia. La sinergia entre nutrientes como los ácidos grasos omega-3, vitamina E, vitaminas B, etc. es beneficiosa para una correcta función cognitiva", ha indicado Simon Dyall, experto de la Universidad de Roehampton durante el simposio "Envejecimiento sano, deterioro cognitivo y la demencia: el papel de la nutrición y la dieta", organizado por Food and Behaviour Research.

Dyall hizo referencia en su intervención al impacto de los ácidos grasos omega-3 en la movilidad. "Una ingesta menor de EPA y DHA disminuye la movilidad, mientras que el aumento de estos suplementos mejoran la velocidad al andar y las proteínas musculares", señaló.

Para Greg Weatherhead, responsable de Nutrición Científica de Efamol en Reino Unido, "el deterioro cognitivo y la demencia son un problema cada vez mayor, y existen evidencias que sugieren que el aumento del consumo de ácidos grasos omega-3 (EPA y DHA) pueden ayudar a reducir la incidencia y retrasar la progresión del deterioro cognitivo y la demencia. En concreto, un reciente meta-análisis de estudios aleatorios controlados indica que tomar 1,7 g de EPA/DHA al día, puede ser más beneficioso que dosis más altas".

A través del ensayo VITACOG, Fredrik Jerneren, del departamento de Farmacia de la Universidad de Oxford, ha explicado la relación de la vitamina B y el deterioro cognitivo. "Los niveles de homocisteína están determinados por el estado de la vitamina B. El estudio VITACOG ha demostrado que el tratamiento con vitamina B durante 2 años redujo la atrofia cerebral en un 30% en comparación con placebo, cuando se administra a ancianos que sufren de deterioro cognitivo leve (MCI). Además, el estudio VITACOG muestra que el tratamiento con vitamina B puede ralentizar el proceso de la enfermedad de Alzheimer", ha señalado Jerneren.

Omega-3 y depresión

Food and Behaviour Research (FAB) también ha organizado en Oxford un simposio sobre los efectos de los ácidos grasos Omega-3 sobre la depresión y los trastornos del estado de ánimo.

"Existe gran evidencia científica de que el consumo de EPA ayuda a reducir los síntomas de la depresión en los pacientes que han sido diagnosticados clínicamente. Sólo cuando están tomando suplementos con Omega-3 EPA -o en algunos casos EPA junto con DHA- los síntomas mejoran", ha indicado Alex Richardson, especialista de la Universidad de Oxford y directora de FAB.

En su intervención, Richardson ha recordado las recomendaciones de tratamiento de la Asociación Americana de Psiquiatría para los pacientes con trastornos del estado de ánimo, de control de impulsos o psiquiátricos, que deben consumir 1gr/día de EPA y DHA, ya que esta aportación beneficia diversos mecanismos, como la inflamación.

En este sentido, Vicent Balanza, psiquiatra de la Universidad de Valencia, se ha referido también al componente inflamatorio de la depresión. "El omega-3 tiene efectos antiinflamatorios además de antioxidantes, que promueven la neurogénesis y la neuroprotección. Y como existe una interacción directa entre la inflamación y la depresión, los suplementos de omega-3 contribuyen al tratamiento de este trastorno psiquiátrico".

Fuente: sietediasmedicos.com

Con la colaboración de