alsasua. Después de más de un año de andadura y de haberse dado a conocer en Pamplona y Tudela, la Asociación de Amigos de Josefina Arregui se presentó ayer en casa, en Alsasua. Con el centro cultural a rebosar, el acto deparó sorpresas, como oír cantar a Enrique Villarreal El Drogas con la coral Erkudengo Ama una canción, Te quiero. Además, el exvocalista de Barricada aportó el testimonio de su experiencia en el centro, donde su madre estuvo ingresada. Otro invitado de lujo fue el periodista Guillermo Nagore, que ayer realizó su etapa 176 del proyecto La memoria es el camino.
"La asociación crece cada día", señaló su presidente, Patxi Goikoetxea, quien destacó que esta clínica, centro de referencia estatal en los programas asistenciales de atención psicogeriátrica, especialmente en el campo del alzhéimer y demencias en general, fue una realidad gracias a la "generosidad y esfuerzo de dos grandes personas y que sigue siendo posible gracias a la profesionalidad y entrega de su equipo humano". De igual modo subrayó que este proyecto solidario "necesita la implicación de toda sociedad", animando a hacerse socio, con una cuota anual a partir de 12 euros. En la actualidad son más de 300. También se puede colaborar a través del programa Tú eliges, tú decides de Fundación Caja Navarra.
Por otro lado, Goikoetxea recordó que se han realizado diferentes mejoras en el centro en auzolan. Los propios pacientes han participado en este trabajo comunitario, elaborando el logo de la asociación con la ayuda de Raquel Guerrero, terapeuta ocupacional del centro.
La Clínica Psicogeriátrica Josefina Arregui no es un centro residencial dedicado al cuidado de las personas mayores, tal y como explicó José Joaquín Roldán, jefe de médicos del centro. "Nuestra propuesta va más allá de una cobertura social para convertirse en una clínica cuya asistencia es de carácter sanitario, donde se realiza un abordaje multidisciplinar", señaló. Así, implica el diagnóstico, el tratamiento y la rehabilitación de pacientes ancianos aquejados de demencias y otros trastornos psicogeriátricos."La idea es que no se trata de contener a estos pacientes, sino de mejorarlos y recuperar sus limitaciones para capacitarlos a vivir en una convivencia familiar razonablemente satisfactoria", apuntó.
Para ello, el centro cuenta con un hospital con 21 camas, un centro de día con 25 plazas y servicio de consultas externas. También cuento con grupos de apoyo familiar y taller de psicoestimulación. El pasado año atendió a 213 pacientes, el 80% nuevos.
En el acto también intervino Koldo Aulestia, presidente de la Asociación de Familiares y Amigos de Personas con alzhéimer de Gipuzkoa (Afagi) y nombrado recientemente presidente de la confederación estatal que engloba a 304 asociaciones. Conocedor también en primera persona de esta dura enfermedad, su primer contacto con el alzhéimer fue en el año 2000 con su madre y después con su padre. "Fue una experiencia dura pero a su vez gratificante", observó Aulestia, quien incidió en la necesidad de una concienciación social sobre esta enfermedad. "No pedimos pena y compasión, pedimos compromiso y complicidad como la de Guillermo y la Asociación de Amigos de la Clínica Josefina Arregui", señaló.
UN LARGO CAMINO Pronto hará un año, el 18 de marzo, desde que Guillermo Nagore iniciara en Finisterre un camino de 6.086 kilómetros hasta Jerusalén para concienciar e informar sobre el alzhéimer. Este periodista era la cabeza visible de un proyecto auspiciado por la Confederación Española de Asociaciones de Familiares con Personas con Alzheimer y otras Demencias (CEAFA) para pedir una política de estado para el alzhéimer, enfermedad que afecta a cerca de 3,5 millones de personas entre enfermos y familiares. Se prevé que esta cifra se duplique en 20 años.
Nagore ayer realizó una nueva etapa, ocho kilómetros por Alsasua y su monte acompañado de una veintena de personas de la asociación. "Hay que seguir haciendo ruido", señaló. También ofreció un adelanto del documental que está realizando sobre este proyecto, un trabajo cuyo principal objetivo es visibilizar la causa del alzhéimer y sus cuidadores. "Hay que hablar de los cuidadores, sobre todo mujeres, que son el verdadero drama de esta enfermedad", observó.
Precisamente, este largo viaje de Nagore está lleno de pequeñas historias de grandes personas, como la de un asturiano que con 75 años se apuntó a un gimnasio para hacer ejercicio de musculación. Y es que su mujer, enferma de alzhéimer, estaba postrada en la cama y requería de sus cuidados.
El Drogas, por su parte, recordó el deterioro de su madre por la enfermedad y los sentimientos encontrados. "Al principio parece que estás solo pero luego ves que no. Se pierde el miedo y se gana como persona", observó. También destacó que en la clínica Josefina Arregui "dieron en el clavo con la medicación. El cambio fue absoluto y ahora estamos disfrutando de ella" afirmó.
Fuente: noticiasdenavarra.com