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Los cambios emocionales pueden comenzar antes que la pérdida de memoria en la enfermedad de Alzheimer

El estado de ánimo y la personalidad de las personas con Alzheimer pueden cambiar. Pueden llegar a sentirse confusos, suspicaces, deprimidos, temerosos o ansiosos. Ellos se alteran fácilmente en el hogar, con amigos o en lugares en los que están fuera de su zona de confort. La depresión y otros cambios de conducta pueden aparecer en personas que posteriormente desarrollarán Alzheimer, incluso antes de que empiecen a tener problemas de memoria.

La bibliografía internacional sobre demencias ha demostrado que aproximadamente el 90% de las personas con Alzheimer presenta síntomas conductuales y psicológicos, como depresión, ansiedad, agitación. Un nuevo estudio liderado por la autora, Catherine M. Roe, de la Universidad de Medicina de Washington en St. Louis (EEUU) sugiere que estos cambios se inician incluso antes de que las personas muestren una sintomatología propia de la demencia. 

Para llegar a esta conclusión el estudio evaluó a 2.416 personas mayores de 50 años sin problemas cognitivos en su primera visita a alguno de los 34 centros de Alzheimer repartidos  a lo largo de todo el país y se les realizó un seguimiento durante 7 años. De los participantes, 1.198 personas permanecieron cognitivamente estables, sin problemas de memoria o razonamiento durante el estudio. Posteriormente se les comparó con 1.218 personas que igualmente fueron seguidas durante el mismo periodo de tiempo, pero que desarrollaron algún proceso de demencia.

Las personas que fueron diagnosticadas con demencia durante el estudio también mostraron síntomas de apatía, cambios en el apetito, irritabilidad y depresión mucho antes que las personas que no desarrollaron demencia.

Como ejemplo, el 30% de los individuos que desarrollaron demencia tenía depresión después de cuatro años en el estudio en comparación al 15% de los que no sufrieron demencia. El grupo de participantes que desarrollaron demencia presentaban más del doble de probabilidades de sufrir depresión antes que aquellos sin demencia y 12 veces más de probabilidades de desarrollar síntomas deliroides que los que no tuvieron demencia.

La autora añade que el estudio se suma a la evidencia contradictoria sobre la depresión y la demencia. "Todavía no sabemos si la depresión es una respuesta al proceso psicológico de la enfermedad de Alzheimer o es consecuencia de los cambios provocados en el cerebro. Se necesita más investigación para identificar la relación entre estas dos condiciones".

Fuente: alzfae.org

Con la colaboración de