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Los enfermos de alzhéimer quieren vivir con sus familias

La asociación de familiares, Afan, demanda ayuda para el cuidador, un plan sociosanitario y censo de pacientes Se estima que hay en Navarra 9.000 afectados La cita también se conmemoró en Alsasua, Aoiz, Peralta, Tafalla y Tudela
“Las medidas que se tomen tienen que ser generales, integradoras, globales y transversales” “Los servicios de atención domiciliaria son escasos, y las plazas en los centros son caras” “Es una enfermedad agotadora en lo físico, dolorosa y una ruina en lo económico”

pamplona - El Día Mundial del Alzhéimer, que también se celebró ayer en Pamplona, sirvió para que desde un pequeño mostrador en una de las esquinas de la plaza Consistorial se concienciase, a todo aquel que pasaba por la plaza, que en la lucha contra el alzhéimer también hay que cuidar al cuidador.

La Asociación de familiares de enfermos de alzhéimer de Navarra (Afan), un colectivo que lleva más de 25 años proporcionando apoyo y cobertura a los familiares de los enfermos, aprovechó la conmemoración mundial para hacer un llamamiento tanto a la sociedad como a las instituciones sobre la situación real de una enfermedad que en Navarra afecta, según estimaciones de la asociación, a más de 9.000 personas, sobre todo mayores de 65 años, lo que supone un impacto social de alrededor de 58.200 personas.

Pero el alzhéimer es una batalla que se libra en muchos frentes, y sin duda uno de los flancos más expuestos es el de los cuidadores, en su mayoría familiares de los enfermos, que, además de lidiar con la enfermedad, muchas veces tienen que hacer frente a un complicado entramado burocrático. Por eso, además de ofrecer ayuda a todas aquellas personas que estén pasando por la misma situación, desde el colectivo se aprovechó para realizar una serie de reivindicaciones a la administración con el fin de facilitar la tarea de los encargados de los cuidados. “En primer lugar, pedimos servicios sociosanitarios destinados a mantener a los enfermos en su entorno lo máximo posible, y que se incluya al cuidador en los protocolos de atención como personal de riesgo en cuestiones de salud durante y después de la enfermedad, porque muchas veces estas personas se rompen”, aseguró Aurora Lozano, presidenta de Afan. Para ello, desde la asociación se considera necesario la creación de un censo oficial de pacientes, un paso que permitiría manejar datos más fiables y que a día de hoy no está configurado, lo que obliga a Afan a moverse en estimaciones.

Otra de las reclamaciones explora la posibilidad de la creación de una tarjeta sanitaria preferente para enfermos de alzhéimer, a fin de minimizar en la medida de lo posible la estancia en dependencias médicas de este tipo de enfermos. “Simplemente, consistiría en que cuando se va a Urgencias a estos enfermos se les atienda antes, porque así no molestan a los demás. Son unos pacientes nada cómodos para tenerlos esperando”, precisó Lozano, quien también añadió la posibilidad de estudiar la presencia de los cuidadores en determinadas pruebas médicas a fin de tranquilizar al paciente y facilitar la visita al médico. Medidas que por seguro encontrarían una rápida implementación si se contase con una política de Estado del alzhéimer, otra de las sugerencias del colectivo. “Las medidas que se tomen tienen que ser de carácter general, integrador, global y transversal, y mientras no se haga vamos poniendo parches y no se soluciona el problema”, dijo Aurora Lozano.

falta de recursos De las trabas y la falta de consenso en el panorama administrativo se decantan otros problemas que son los que más afectan a las familias, como la falta de centros de día. “Si tú ahora le preguntas a un político te dirá que hay muchos centros, que hay muchas plazas porque los familiares han sacado a los pacientes de las residencias. Y eso es verdad. Pero centros específicos de alzhéimer no hay. Un enfermo en la última fase no supone un gran problema, puedes llevarlo a cualquier residencia de dependientes. Pero en otras fases de la enfermedad, es importante llevar a los enfermos a centros en los que puedan estimular al paciente, porque no es lo mismo un enfermo tratado que un enfermo sin tratar. No hay suficientes plazas en esos centros, y las que hay son caras. Aunque sean residencias concertadas, no todas las personas pueden permitirse ir”, aseguró Aurora Lozano. Una idea que recogía Edurne Garbayo, también perteneciente a Afan. “De cara a las instituciones tenemos muy poca ayuda. Tenemos que soportar toda la carga nosotros. Los servicios de atención domiciliaria son escasos, los centros de día son pocos y hay pocas ayudas para residencias. Estamos muy necesitados de ayuda”.

Traducido en términos económicos, el coste medio que supone atender a una persona con alzhéimer asciende, entre gastos directos e indirectos, a unos 33.000

Con la colaboración de