La Obra Social ”la Caixa”, la Fundación Pasqual Maragall, en colaboración con la Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer y otras Demencias (Ceafa), han puesto en marcha una investigación para evaluar la mejora del nivel de bienestar de los cuidadores de personas con Alzheimer a través de su participación en grupos terapéuticos.
El objetivo final de la investigación es dotar al cuidador o cuidadora de las herramientas que le permitan comprender y aceptar la enfermedad, aprender a convivir con ella y vivir con dignidad su rol de cuidador.
En total, la investigación liderada por la Obra Social “la Caixa” y la Fundación Pasqual Maragall, cuenta con 24 grupos terapéuticos en funcionamiento en los que, desde principios de marzo, participan 226 cuidadores y un equipo de más de 30 especialistas en psicología y neuropsicología que realizan la intervención en Cataluña, Castilla y León, Canarias, la Comunidad Valenciana y Andalucía.
Durante la terapia los participantes asisten, durante cuatro meses, a una sesión semanal de una hora y media de duración. En alguno de los grupos se realizará un seguimiento mensual durante un año. En todos los casos, mientras dura la sesión los cuidadores disponen de un espacio de atención profesional para el enfermo de Alzheimer.
Compartir experiencias
Conducidas por un psicólogo, estas sesiones ofrecen a los cuidadores un espacio donde compartir sus experiencias y abordar temas como la reacción frente al diagnóstico, el desgaste emocional, la comunicación con el enfermo, el cuidado de uno mismo o la aceptación de la nueva realidad. Su finalidad es aumentar el bienestar del cuidador facilitando la adaptación a la nueva situación y promoviendo la relación con su entorno. Durante las sesiones también se trabajan aspectos cognitivos y conductuales, como pueden ser el entrenamiento de habilidades sociales, el pensamiento positivo y el aprendizaje de técnicas de relajación y autocontrol, entre otros.
Terapia grupal
La terapia grupal es una práctica común para reducir el estrés emocional que padecen los cuidadores, pero no se han extraído conclusiones científicas sólidas sobre sus beneficios. La complejidad de evaluar científicamente los resultados y la gran variabilidad entre intervenciones (duración, contenidos, estructura, etc.) dificultan la existencia de investigaciones de este tipo en nuestro país.
Por otro lado, la asistencia grupal presenta múltiples ventajas frente a la individual, ya que posibilita llegar a un mayor número de individuos, elemento a tener en cuenta en un contexto de recursos hospitalarios limitados.
También permite incidir en aspectos que no pueden ser trabajados individualmente, como romper con el aislamiento, socializarse, compartir experiencias o aprender de otras personas que están viviendo la misma situación. En este sentido, el estudio dará visibilidad a las necesidades a las que se enfrentan a diario los cuidadores.
El familiar como cuidador
Más de 600.000 personas en España padecen Alzheimer u otras formas de demencia. El 80% viven en su domicilio con un familiar que es el cuidador principal y que dedica 15 horas diarias a atender sus necesidades. El cuidador ve cómo van reduciéndose todos los aspectos de su vida personal, laboral y social, en un contexto de desorientación, falta de recursos y de información, teniendo que renunciar frecuentemente al cuidado de uno mismo.
La dedicación casi exclusiva al enfermo acaba convirtiendo a su cuidador a medio o largo plazo en un “enfermo oculto”. Si no se cuenta con el apoyo necesario, hacer frente a esta situación puede desembocar en problemas físicos y psicológicos asociados al estrés, la ansiedad, la depresión y la frustración. El 84% de los cuidadores presentan problemas físicos de salud, y el 94% tienen problemas psicológicos. A ello hay que añadir la falta de información adecuada, lo que deriva en la consiguiente pérdida de control sobre la situación.
La calidad de la atención a las personas que padecen Alzheimer viene dada por la persona que dedicará su tiempo a su cuidado y protección. El bienestar del enfermo depende de la salud y el bienestar de su cuidador. Es imprescindible proporcionar apoyo al cuidador principal y acompañarle en este proceso.
Fuente: mercado-dinero.es