Con el CIBIR (Centro de Investigación Biomédica de La Rioja) en tela de juicio desde junio, cuando se conoció el despido del grupo que estudiaba el alzhéimer, los cinco investigadores principales y el coordinador científico del centro han decidido publicar una carta para pedir que se reconozca «que la ciencia debe ser, ante todo, apolítica». La misiva, firmada por Yolanda Sáenz, Alfredo Martínez, José G. Pichel, José Antonio Oteo, Juan Cabello y Eduardo Mirpuri, manifiesta su preocupación «por el indiscriminado uso político que se está haciendo en nuestra comunidad sobre la actividad del centro y del trabajo de los investigadores».
En la carta, se advierte de que «el apoyo institucional de la región y el esfuerzo, las ganas y la ilusión del personal de investigación del CIBIR han permitido que La Rioja, en solo cinco años, haya dado un paso esencial para el desarrollo de un sistema investigador en el área de salud». «Actualmente -prosiguen los firmantes-, contamos con un equipo investigador consolidado y adecuado a las dimensiones autonómicas, plenamente integrado en el mapa internacional y también en la propia sociedad riojana».
El coordinador del centro y los cinco investigadores principales reconocen haber vivido «con sorpresa cómo la investigación biomédica riojana pasaba de ser una actividad siempre ligada a la rigurosidad y a la objetividad científica a convertirse en un arma de uso político indiscriminado y frecuentemente alejado de lo que es nuestra realidad cotidiana y de los objetivos que le son propios a la ciencia».
Por todo ello, reclaman que les permitan «seguir trabajando con tranquilidad y que la producción científica en salud quede fuera de las tensiones políticas». Asimismo, demandan explícitamente a los políticos riojanos que transmitan «mensajes medidos y ajustados a la realidad de lo que hablan, con conocimiento y sin buscar en la actividad científica los argumentos que nutren el día a día de su actividad política».
Eduardo Mirpuri y los otro cinco firmantes del documento piden «que no se utilicen medias verdades, que no se usen los trabajos científicos como argumentos ideológicos y que se reconozca que la ciencia debe ser, ante todo, apolítica». «Entre todos -concluyen-, en estos años hemos puesto a La Rioja en el panorama investigador internacional. Creemos que es labor de todos evitar que este trabajo se interrumpa».
Un estudio sobre el aborto, centro de la nueva polémica
Los partidos mayoritarios convocaron ayer sendas ruedas de prensa para analizar un mismo hecho: la polémica investigación sobre aborto y salud mental que realizó Luis Vivanco (Lima, Perú, 1975), investigador del CIBIR desde el 2009 y responsable desde mayo del 2011 de la Plataforma de Investigación Bioética del centro.
El PSOE censuró la elaboración de un estudio que pretendía explorar «la salud mental de las mujeres que abortan», con el objetivo de demostrar que las personas que voluntariamente deciden interrumpir su embarazo «tienen tendencia a la drogadicción, al alcoholismo y a desórdenes mentales». María Victoria de Pablo, secretaria de Relaciones Institucionales, consideró «escandaloso» el sesgo ideológico de la investigación, así como el «despilfarro» que supone financiar una Plataforma de Bioética («o de biocatecismo») cuando se recortan otras líneas y se despide a grupos que estudian el alzhéimer. Causas suficientes, a su juicio, para reclamar la dimisión inmediata de Eduardo Mirpuri, coordinador científico del CIBIR, y la comparecencia en el Parlamento del consejero de Sanidad, José Ignacio Nieto.
Minutos después de la comparecencia del PSOE, el PP requirió los micrófonos para negar que esa investigación haya sido financiada con fondos públicos: «El doctor Vivanco concluyó ese estudio antes de que se creara la Plataforma de Bioética en el CIBIR», señaló Félix Vadillo. «En el centro investiga sobre asuntos tan relevantes para la práctica médica como la relación entre médico y paciente o como la percepción de los enfermos», replicó Vadillo. Y puntualizó que en esta tarea cuenta con la colaboración de varios hospitales públicos.
Fuente: larioja.com
