La proteína tau, que está implicada en la neurodegeneración de la enfermedad de Alzheimer, ha podido ser contenida, al menos a nivel de laboratorio, con la ayuda de unos compuestos presentes en los líquenes antárticos. Se trata de los resultados preliminares de un estudio que realiza un equipo liderado por el químico de la Facultad de Ciencias de la U. de Chile Francisco Salgado, con financiamiento del Instituto Antártico.
"Los organismos antárticos crecen a bajas temperaturas con mucho hielo, sequedad o altura, lo que hace que para sobrevivir tengan que generar un tipo de moléculas que las plantas del resto de Chile no poseen, o al menos no en la misma cantidad", explica Salgado.
En el caso de los líquenes, ya se ha demostrado que son una buena fuente de antioxidantes naturales, debido a la alta presencia y variedad de moléculas con estas propiedades que hay en sus extractos.
La enfermedad de Alzheimer se caracteriza por la pérdida progresiva de las neuronas. Una de las hipótesis sobre el origen de la enfermedad dice que tendría relación con la acumulación dentro y fuera de las neuronas de unas estructuras conocidas como "ovillos neurofibrilares", cuyos principales componentes corresponden a la proteína tau que se acumula de una forma anormal, explica Salgado.