Los pacientes de Alzheimer con peor forma física presentan un mayor deterioro cognitivo, según ha informado el director médico del Instituto de Rehabilitación Neurológica NeuroMadrid, Luis Gangoiti.
Y es que, según ha aseverado, más de un centenar de estudios demuestran su beneficio tanto en las áreas motoras, como en el equilibrio, en la disminución de depresión, en mejoras en el rendimiento cognitivo, la calidad de vida y en la autonomía al realizar actividades de la vida diaria.
Ahora bien, el experto ha comentado que aunque la prevención de la inactividad física es "crucial" en el curso de toda la enfermedad, que afecta al 35 por ciento de los mayores de 85 años, la realización de programas activos, estructurados, bien definidos e interdisciplinares se demuestra especialmente efectiva en las fases leve y moderada de la enfermedad, mientras que en la fase avanzada son "más recomendables" los programas asistidos.
Además, agrega, desde 2007 la literatura científica demuestra que llevar a cabo un programa completo de ejercicios es más eficaz que caminar, y andar es mejor que mantener una conversación.
"El tipo de ejercicios desarrollados se engloba en un programa interdisciplinar que debe incluir una valoración médica especializada y tratamiento con fisioterapia, terapia ocupacional y educación familiar, combinando de modo individual ejercicios aeróbicos, de fuerza, equilibrio y flexibilidad con un programa de estimulación cognitiva a cargo de neuropsicólogos expertos", ha apostillado.
SUPERAR EL DIAGNÓSTICO Y EL PAPEL DE LAS RUTINAS
Por otra parte, el experto ha afirmado que para el paciente y su familia, el diagnóstico de la enfermedad siempre es "terrible" y muchas veces deja a los pacientes sin respuesta con una actitud de no hay nada que hacer
"Se ha de insistir en la existencia de posibilidades de recuperación funcional, que dependen más que de la severidad del deterioro cognitivo, del diagnóstico precoz y, por tanto, del tiempo de evolución de la inmovilidad", ha recalcado.
Y es que, recuerda, el objetivo esencial es ayudar al paciente a que se mantenga lo más independiente durante el mayor tiempo posible. Para ello, los especialistas recomiendan realizar una rutina de ejercicios diaria, asegurando que haya muchos objetos familiares en el entorno, con especial dedicación a la seguridad del paciente y a la correcta nutrición e hidratación.
Fuente: lainformacion.com