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Los primeros 250 debatarras contra el Alzheimer

La primera fase de la investigación del programa pionero de Cita Alzheimer se mueve ya con los primeros voluntarios de más de 60 años

Son palabras del neurólogo Pablo Martínez Lage: «Mientras esperamos a ese fármaco milagroso contra el Alzheimer que aún no existe nos tenemos que mover como comunidad, no podemos estar impasibles». El proyecto Cita Alzheimer Deba 2020 se puso en marcha de forma oficial el 21 de septiembre del año pasado con una charla en la casa de cultura del municipio para todos aquellos mayores de 60 años que quisieran participar en el ensayo clínico y social que iba a desarrollarse. Desde el mes de junio, cuando se eligió Deba para el experiento, el ambiente había empezado a caldearse.

El número ideal para todo este universo de personas analizadas se fijó en unas mil de las 1.500 mayores de 60 años que viven en la localidad costera. Se buscaban, y se buscan, personas dispuestas a colaborar para que la ciencia pueda encontrar fórmulas que mejoren la calidad de vida de quienes padecen la enfermedad y encontrar métodos de detección precoz que permitan retardar las peores consecuencias de este mal.

Este mes de enero han comenzado a activarse de forma intensa las llamadas a los vecinos para pedirles que colaboren, llamadas que se prolongarán hasta marzo, siempre con el objetivo de conseguir la máxima colaboración posible de los debatarras implicados.

En estos momentos, 250 personas han participado ya en lo que se llama primera fase del estudio, el test de memoria, sencillo e inocuo, al que se añade una simple descripción de la persona, su tensión, su medicación, sus hábitos de vida o las posibles dolencias que tenga.

Son los primeros participantes en la iniciativa de Cita Alzheimer, aunque se pretende que sean muchos más, ahí queda ese objetivo de los mil, engrosen el listado de los voluntarios que van a servir para saber qué incidencia tienen la diabetes o el colesterol a la hora de contraer el mal o cuántas personas podrían desarrollar la enfermedad en una comunidad de las características de Deba.

Estos 250 primeros voluntarios no solo tienen el valor de empezar a ofrecer datos a los expertos con sus test, si no también de compartir con sus vecinos la experiencia, de decirles que ese test que se realiza en el Hogar del Jubilado no tiene ningún tipo de complicación, que es sencillo y que apenas dura media hora. «Van a ser los principales difusores de la iniciativa», dicen desde Cita Alzheimer.

Las tres fases

A todos aquellos mayores de 60 años que decidan participar e involucrarse en el proyecto se les realiza esta primera prueba para analizar lo que se denomina como porcentaje de prevalencia. «¡Ni una aguja!», se advierte y se repite a los más reacios a cualquier cosa a la que se llame ensayo clínico.

La prueba, se repite desde Cita Alzheimer, consiste en una entrevista personal, una consulta para reunir información básica como la edad, el peso, la tensión y dos test vinculados con la memoria. Es un ensayo de los que se denominan cegados, es decir, los voluntarios que los realizan no tienen que conocer los resultados de los exámenes para no poder inclinar la balanza a su favor si los realizan de nuevo.

Llega la segunda fase que se iniciará después de Semana Santa. En una nueva etapa se vuelve a llamar a quienes han mostrado algún indicio, pero también a quienes no padecen la mínima alteración ajena a la propia edad, ya que es una elección aleatoria. «La llamada no quiere decir que la persona tenga síntomas, sino que se trata de comparar rasgos negativos con positivos».

Los voluntarios del ensayo, advierte el médico epidemiólogo, Jorge Taboada y confirma Cita Alzheimer, se puede dejar en cualquier momento y también es posible conocer lo resultados obtenidos si así se desea. La tercera fase es más restrictiva, y ya se realiza la resonancia magnética y la punción lumbar, decisivas para el diagnóstico certero. Incluso para personas asintomáticas que así lo deseen o aquellas a las que se haya detectado un inicio muy leve de esta enfermedad.

Un largo camino

El arranque oficial tuvo lugar la víspera del día del Alzheimer, el 21 de septiembre, pero el proyecto había echado a andar mucho antes y detrás quedaba mucho trabajo realizado desde la Fundación Cita Alzheimer.

Para empezar con las pruebas que se practican desde hace tres años a los quinientos voluntarios del ensayo clínico. Gracias a sus datos, el radiólogo Jorge Villanúa, colaborador de Cita, ha conseguido descubrir la importancia de la evolución de la forma de la corteza cerebral a la hora de determinar la evolución del Alzheimer.

O con la implicación de los chicos del Lizeo de Santo Tomás de Donostia, que participan en un programa en el que conocen de primera mano cómo es la enfermedad, con contacto directo con los pacientes incluido, para después dar a conocer la experiencia a chavales de todo Gipuzkoa.

Esto no era nuevo, pero sí la decisión de fijarse en una población como referencia, un lugar idóneo por el número de habitantes de más de 65 años, algo más de mil. Fue elegido Deba, un municipio en el que sería posible además, implicar a toda la población para, a falta de vacuna, conseguir paliar lo más posible el estigma social que supone esta enfermedad.

A partir del mes de junio se reclutó a voluntarios del propio pueblo encargados de la sensibilización de sus convecinos y de la implicación del Ayuntamiento y de toda la red de atención primaria de la comarca, así como al hospital de Mendaro con Taboada a la cabeza.

El propio párroco se implicó en aquella primera reunión que tuvo lugar en una iglesia abarrotada en la que se escucharon testimonios científicos y humanos sobre la enfermedad y sobre la implicación de todos los que la rodean. El presidente de la Real Sociedad, Jokin Aperribay, recordó el caso de su madre enferma, situación que en el pueblo se conoce bien.

Desde ese momento, Deba ha sido consciente del papel que juega en la investigación de Cita Alzheimer. La experiencia, se asegura, podría ser extrapolable a otras localidades, de forma que se analizaría la incidencia de la enfermedad en cada lugar.

Fuente: diariovasco.com

Con la colaboración de