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Los recuerdos del fútbol, una ayuda contra el Alzheimer

La terapia 'Enriqueciendo la memoria a través del fútbol', impartida por exfutbolistas y psicólogos, estimula el ánimo y la comunicación en personas con deterioro cognitivo | La Federación Española de Asociaciones de Futbolistas Veteranos la ha rea

"Yo nací encima de la acequia Mestalla", recuerda Enrique con orgullo. A sus 87 años, este mecánico jubilado se vio obligado a dejar su casa en Burjassot (Valencia), para trasladarse a la residencia de ancianos Ballesol, dado que no podía seguir viviendo solo por los olvidos que sufre.

Es uno de los seis residentes que han participado en la terapia Enriqueciendo la memoria a través del fútbol, impartida por los psicólogos y trabajadores sociales del centro, apoyados por tres exfutbolistas de la Asociación de Futbolistas del Valencia CF: Vicente Guillot, Waldo y Luis Vilar. Usan la memoria futbolística para rescatar momentos vitales de los participantes.

Enrique reconoce que, en realidad, su gran pasión fue el ciclismo: narra con orgullo las escapadas de carretera que hacía los domingos y que le llevaban de Benimàmet a Buñol o a Requena, recorriendo entre 40 y 70 kilómetros. Cuando su mujer falleció -"a una edad muy temprana", musita-, se prejubiló y se aficionó a viajar en solitario. Explica todos los países que pisó y las personas que conoció, apoyándose en una retahíla de fotografías que dan veracidad a sus palabras.

Aún así, el fútbol nunca le ha sido ajeno. La terapia de reminiscencia apoyada en este deporte le ha servido para "distraerse" y para recuperar momentos como el de su nacimiento, que le habían contado sus padres: en una fábrica de su abuelo en el barrio del Campanar de Valencia, por donde debajo pasaba la acequia que Enrique recuerda que dio nombre al Mestalla. En la memoria también atesora con cariño su amistad con el ya fallecido Antonio Fuertes, que fue su compañero de escuela. "Recuerdas cosas en las que ya no pensabas. Vas recordando y te salen otras", dice.

Cuenta que sus padres eran más de ir al teatro, por lo que cuando iba al campo de fútbol del Valencia CF -"el de antes, en los años 40, el Mestalla no lo he llegado a pisar", repite con insistencia- lo hacía con sus amigos, que tiraban de él.

Recuerdos a través de vídeos y fotografías
Enriqueciendo la memoria a través del fútbol es una iniciativa que comenzó la Federación Española de Asociaciones de Futbolistas Veteranos en el Institut de l'Envelliment de Barcelona, en este caso con exfutbolistas del Barça, para personas con un deterioro cognitivo y enfermos de Alzheimer. Valencia es la segunda ciudad donde se prueba antes de llegar al País Vasco. Con los resultados de las tres terapias se estudiará la posibilidad de extenderlo a otras ciudades.

El taller de reminiscencia se ha desarrollado en 12 sesiones de una hora y media distribuidas en dos partes. La primera, destinada al reconocimiento de imágenes relacionadas con el fútbol y al visionado de vídeos organizados por décadas y momentos clave. "Como el de la temporada 1967/1968 del Valencia en el que marcamos 51 goles en Liga con 12 de Ansola", recuerdan en una de la sesiones los veteranos del conjunto valencianista.

En la segunda parte se ha trabajado la capacidad sensorial y auditiva a través de objetos, música y fotografías. A partir de ahí, se han intentado rescatar momentos vitales que coincidieran con los hechos futbolísticos. Ana Moret, psicóloga del centro, observa que los pacientes "han reaccionado mejor con las fotografías de los 60, 70 y 80 que con las de futbolistas más recientes, de los 90 o de los 2000".

El exfutbolista Vicente Guillot confiesa que la terapia ha sido un reto, incluso para él: "He visto fotografías que no me acordaba de que existían". Y hace hincapié en que la experiencia ha sido "fabulosa" y en la importancia de ayudar a las personas mayores. "Poder compartir cada historia de vida entre residentes y futbolistas de una misma generación, con similares vivencias y recuerdos de una época paralela, consigue estimular cognitivamente y personalmente a las personas mayores", apuntan en Ballesol.

"Estamos trabajando las terapias no farmacológicas -explica Moret- con el objetivo de influir en la motivación, en el ánimo, en la implicación y en la comunicación verbal de personas con un deterioro inicial o moderado". Los resultados son visibles: dice que, a lo largo de los tres meses de terapia, muchos residentes que no participaban en otros talleres han mostrado una predisposición inusual.

La guinda es el Libro de Vida, un cuaderno que rellenan los participantes -con ayuda del personal del centro- con preguntas sobre su niñez, juventud, madurez y actualidad. Un regalo para ellos y para sus familiares.

El fútbol, antes y ahora
No es día de terapia, pero muchos residentes esperan la anunciada llegada de Guillot. Es uno de los que más conexión ha creado con los participantes. Entre saludos y abrazos, las bromas no cesan entre ellos. Uno de los residentes ha hecho, incluso, una pulsera con los colores del Valencia CF para todos los participantes, personal del centro y exfutbolistas. Ahora prepara una para la mujer de Guillot.

"Guillot nos ha ayudado mucho a dinamizar el taller y ha creado vínculo con alguno de los residentes. Siempre finaliza los talleres con algún chiste o bromas... Ha creado un buen feeling", señala Moret.

Waldo, Vilar y Guillot fueron presentados ante los residentes, aunque uno de ellos no necesitaba ningún tipo de aclaración: muy futboleros, los recordaba perfectamente. No es lo habitual. Enrique dice que hace 70 años no había tanta afición al fútbol y que los campos se llenaban porque eran más pequeños. "Ahora hacen más negocio, antes era más familiar", apunta con un deje de nostalgia. Guillot asiente y dice que la afición se ha multiplicado gracias a las televisiones y a la expansión de los medios de comunicación: "Hoy ven el fútbol desde pequeños".

Es día de rebuscar en la memoria. También le toca a Guillot. Aunque dice que no le gusta establecer comparaciones entre el fútbol de antes y el de ahora, admite que él se quedaría "con aquella época" porque fue la suya. Recuerda con cariño sus días como futbolista, a pesar de que tardaban "cuatro días" cuando se desplazaban para disputar un partido en A Coruña, por ejemplo.

"Salíamos un viernes a las 9 de la mañana y estábamos en Valencia de vuelta el lunes a las 11 de la noche -afirma-. Hoy, el mismo sábado van y vuelven". "Por eso, hoy día están mucho mejor preparados físicamente: tienen mejores medios y desplazamientos más cortos. Antes, los campos daban pena y los balones pesaban medio kilo; eso cuando no ibas por el norte, donde con el barro pesaban un kilo", cuenta.

Con la conversión del fútbol a fenómeno mediático, Guillot cree que se ha perdido el aire familiar, el compañerismo: "Cuando terminábamos el entrenamiento, nos íbamos al bar La Deportiva enfrente del Mestalla -que aún existe- y nos tomábamos un porrón de cerveza y gaseosa. Eso hacía piña automáticamente, igual que los viajes de cuatro días. Había una unión, ahora enseguida están en su casa".

Pero, ¿se imaginan a Messi tomándose algo tranquilamente, con el resto de compañeros, en un bar cualquiera de Les Corts? "¿Por qué no?", pregunta Guillot. "Entiendo que nosotros no éramos tan conocidos y que ahora la gente se les tiraría encima, pero podrían buscar un sitio donde estén en privado. Es una pena que hoy terminen el entrenamiento, cojan su coche y se vayan para casa", responde. El exfutbolista del Valencia revela que también usaba el tranvía para ir a los entrenamientos. Cuesta imaginar, en la actualidad, a una de las estrellas mediatizadas desplazándose en transporte público. 

Con la colaboración de