80 grados bajo cero. Esa es la temperatura necesaria para preservar para la ciencia "indefinidamente", por años, tejidos cerebrales que contribuirán, tal vez de forma decisiva, a la lucha contra el Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas. En la actualidad, en los equipos refrigerantes del banco de Vigo, el de referencia en Galicia y uno de los doce que existen en el Estado, se conservan en torno a 170 cerebros procedentes de toda la comunidad, pero especialmente del entorno del centro, como explica su responsable, Susana Teijeira.
Sus muestras, cuenta, sirvieron ya para investigaciones que traspasan las fronteras autonómicas y llegan a cruzar el Atlántico, a Canadá. Incluso ahora mismo, señala, una está volando a Atlanta, en Estados Unidos, si bien advierte que "no cualquiera" tiene acceso a estos tejidos; tiene que ser un equipo investigador "cualificado". La solicitud es analizada por dos comités, uno ético y otro científico, que deben dar su visto bueno para que el tejido sea procesado y enviado fuera.
Si las incorporaciones de cerebros de fallecidos, habitualmente por culpa de una enfermedad neurodegenerativa, han sido la principal fuente de la que se nutre el centro creado en 2002, en la sede, ahora en el Álvaro Cunqueiro, se puede presumir ya de 40 donaciones de cerebro en vida procedentes de voluntarios de toda Galicia.
"Hay dos perfiles muy claros", indica Teijeira para explicar esa generosidad. Por un lado estarían las personas sanas que deciden donar. Aunque hay ofrecimientos de todas las edades, esta doctora en Biología responsable del banco enfatiza que "la gente joven acostumbra a estar muy concienciada". Por otro, explica, las familias donan los cerebros de sus allegados afectados por dolencias que suelen ser, explica, neurodegenerativas. Admite que quienes sufren el deterioro de un familiar querido por culpa de una patología cerebral también están más predispuestos a ser solidarios porque conocen al enemigo de cerca y quieren ayudar.
Aunque el centro difunde los beneficios para la ciencia de la donación a través de la web o mediante charlas con asociaciones de afectados, son los especialistas (neurólogos, geriatras...) que tratan a pacientes con Alzheimer o Parkinson los que suelen encargarse de convencer a las familias de que sean altruistas y contribuyan a investigar el mal que borró la memoria o la coordinación motora de su ser querido. Cuando lo consiguen, el cerebro suele extraerse al realizar la autopsia, que en estas situaciones es necesaria, como comenta Teijeira, para asegurar el diagnóstico clínico. En todo caso, el límite tras la muerte son seis horas para garantizar la calidad de los tejidos.
Pero no todos los cerebros que aguardan a redundar en beneficio de la humanidad son de personas enfermas. De hecho, señala la bióloga, es necesario contar con tejidos cerebrales sanos como "control". "Se necesitan esas muestras para hacer una comparación", explica. En Vigo son una minoría, pero aun así suponen el 15% del material que se preserva. Pero la gran parte, el 52%, de los cerebros que se guardan en el centro, a partes iguales, son de enfermos de Alzheimer o de encefalopatías espongiformes transmisibles, a los que se sumarían porcentajes más testimoniales de ataxia, amiloidosis... En general, las cifras son buenas. Aunque "siempre es mejor un mayor número", Galicia "está en la media" de España, destaca Teijeira.
La función de las instalaciones, que pertenecen al biobanco de Vigo, que dirige Joaquín González, y en las que trabaja Teijeira junto a la gestora Vanesa Val y a la experta neuropatóloga Beatriz San Millán, es, afirma, tener muestras de "calidad" para los científicos y asegurar su trazabilidad y la confidencialidad de los datos de los donantes.
Hacerse donante es sencillo: basta con contactar con el centro y mantener una entrevista informativa sobre qué aportará su decisión. El resto depende de que el aspirante firme un consentimiento informado, aunque si se arrepiente -hasta ahora solo hay un precedente-, no hay problema. Los donantes de órganos no valdrían. El cerebro debe extraerse en ciertas condiciones y en esos casos, lo "prioritario" es centrarse en los órganos que pueden salvar vidas.
Fuente: farodevigo.es