Me aventuro a decir que no existe un solo profesional de la salud que no esté convencido del beneficio del ejercicio físico. Sin embargo, cuando hablamos de la natación y cerebro la relación parece ser más estrecha.
En realidad, el órgano principal de nuestro sistema nervioso saca beneficios de cualquier actividad aeróbica ¿Cuál son las peculiaridades cuando esa actividad es concretamente nadar? Sigue leyendo, tal vez termines ansioso por estar ya en una piscina.
Beneficios de nadar para el cerebro.
La natación mejora el flujo sanguíneo a nuestro cerebro.
El aumento del flujo sanguíneo al cerebro es uno de los beneficios que en general puede aportarnos el ejercicio físico. Tal aumento se traduce en la mejoría de facultades como la memoria y la capacidad para estar enfocados en nuestro trabajo, además mejorar nuestro estado de ánimo.
Sin embargo, los beneficios de nadar para el flujo sanguíneo cerebral parecen ser mayores. Una investigación del año 2014 encontró que la sola inmersión en una piscina mejora ese proceso, lo que sin dudas es una ayuda extra a nuestros esfuerzos.
Cambios bioquímicos en nuestro cerebro gracias a la natación.
Además de aumentar el flujo sanguíneo, la natación produce cambios bioquímicos en nuestro cerebro que funcionan como tratamiento eficaz a dos molestos acompañantes del hombre moderno: la depresión y el estrés.
Existen numerosos testimonios de personas que nadan para recuperase de estados depresivos, combatir la ansiedad o el estrés. Muchas de esas personas no son científicos, sino que un día, por ensayo y error, descubrieron que tras nadar varias piscinas se sentían más felices. La ciencia les ha dado la razón. Recientes experimentos con ratas han encontrado que los síntomas depresivos mejoran después de nadar.
El crecimiento del hipocampo y la memoria
Aunque no puede decirse que toda nuestra memoria radique en una región específica del cerebro, sí hay zonas que tienen una participación notable en este proceso cognitivo. Entre ellas destaca el hipocampo, una de las estructuras que conforma el llamado sistema límbico del cerebro humano.
Se ha descubierto que la práctica de la natación fomenta el crecimiento de las células nerviosas de esta estructura, traduciéndose en una mejoría de la memoria.
Desarrollo de fibras nerviosas y mejoría del aprendizaje.
Nuestro cerebro, ya te lo comentamos en este artículo, es fascinante. En primer lugar se divide en dos hemisferios, derecho e izquierdo. Ambos hemisferios están separados por una estructura denominada cuerpo calloso y a través de él fluye la comunicación entre ambos. La parte izquierda de nuestro cerebro controla toda la derecha de nuestro cuerpo y viceversa.
La constante ejecución de patrones de movimientos cruzados y bilaterales durante la natación fomenta el desarrollo de las fibras del cuerpo calloso y facilita la comunicación entre los hemisferios cerebrales. Esto tiene un importante efecto en nuestras capacidades de aprender.
Natación, meditación y conciencia plena.
Durante las últimas décadas los científicos han sido cada vez más consciente de los beneficios que las prácticas de meditación suponen para el cerebro y la salud mental. Entre estas prácticas destacan tanto las meditaciones tradicionales, basadas en un esquema Vipassana, como las practicas motrices de atención plena, siendo el yoga, entre estas últimas, una de las más populares. Lo interesante es que la natación comparte muchas similitudes con estas prácticas: estiramientos, relajación de los músculos, respiración profunda siguiendo un patrón rítmico, por lo que sus beneficios también suelen ser similares.
Fuente: 2ti.es