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Menores y abuelos rompen fronteras

El programa intergeneracional de la Asociación de Alzhéimer de León ayuda a los niños a conocer la enfermedad. Las estimaciones sanitarias sitúan en 11.000 las personas con alzhéimer en la provincia, un deterioro neuronal que afecta a personas cada vez más jóvenes. La asociación de León se ha empeñado en concienciar a los más pequeños con un programa en el que han partidipado ya 800 menores.

«Les hace tener conciencia de la realidad de la vida, de cómo envejecemos y cómo afrontar la enfermedad. Lo ven de forma natural y se sienten útiles». Ángela García Peláez es la tutora del grupo de niños y niñas de 4º de Primaria que ayer visitó a las personas mayores del Centro Alzhéimer, un programa iniciado en León en el que han participado en un año 800 niños y niñas de diferentes colegios, que también asisten a la ludoteca infantil, única en España en este tipo de centros. El objetivo del programa intergeneracional es romper las fronteras no sólo de la edad sino de la conciencia de la vida. La directora del programa, Nieves Marcos, ha presentado el proyecto a la dirección provincial de Educación y espera contar en los próximos meses con más colegios interesados. Hasta ahora participan el colegio público Luis Vives, Leonés y Peñacorada.

«He aprendido que hay que ayudar a los que tienen enfermedades», dice Sofía Hermida, de 9 años. «Que si un anciano está furioso no le tienes que decir cállate. Hay que cambiar de tema con una sonrisa», apunta Carlos Fuertes, de 9 años. «Que si encontramos a un anciano perdido hay que llamar a una persona mayor», señala Pablo Buitrón, de 9 años. «Que aunque una persona tenga una enfermedad no hay que echarla de lado», asegura Inés Pelegrín, también de 9 años. «Que cuando una persona tiene alzhéimer hay que acudir con una sonrisa», afirma María Fernández.

Los menores toman conciencia de la enfermedad, descubren el funcionamiento del cerebro y la importancia que tiene en la gestión de los sentimientos. «Hay que ayudarles con paciencia», concluye un alumno.

La presidenta de la asociación, Mercedes García, explicó que «sólo el hecho de que vengáis, llena esta casa de alegría y esperanza. Sois muy listos y con vuestra juventud vais a dar a este árbol del alzhéimer mucha vida».

El desarrollo del proyecto incluye también la visita de los mayores a los colegios. El marido de Sagrario Alonso es uno de los usuarios del centro. «Ya ha ido tres veces a los colegios y siempre vuelve muy contento. Tuvimos que escribir una carta antes de que nos conocieran, como si fuéramos de su edad. Luego se llevaron una gran sorpresa cuando nos vieron».

En el centro de día los mayores trabajan en talleres de memoria cuando llegan, cantando, el grupo visitante. «¡Qué niños tan guapos», se le escapa a Ramira mira sigue con las palmas de las manos el ritmo de la canción y les dice. «Estamos aquí para que no se nos olviden las cosas que sabemos». Los niños toman conciencia de que los mayores les pueden enseñar muchas cosas. «Cuando llegan los niños la sonrisa se les activa», asegura Montse, psicoterapeuta.

En el programa participan también familiares de los enfermos y padres. José Luis García Bayón es padre de Paula, una de las niñas del grupo que también actúa en el taller de teatro de la asociación. «Los padres valoramos muy positivamente esta iniciativa. Desde que está en este programa ha cambiado la percepción de los mayores. Ha visto algo diferente a lo que vive habitualmente al estar solo con niños de su edad». Los menores aprendieron el significado del voluntariado. «Es la persona que ayuda a otra sin cobrar», dice una niña. «Espero que vosotros hagáis las cosas para ayudar a los demás y no por dinero», les explica Carlos, uno de los voluntarios de la asociación.

Fuente: Diario de León

Con la colaboración de