Treinta y nueve años después de su debut como actor, Miguel Molina, se ha lanzado a la dirección con "Un tiempo precioso", un largometraje en el que ha querido contar de manera "diferente y especial" lo que supone una enfermedad como el alzhéimer.
Ha sido un reto "difícil", ya no solo por hablar de la enfermedad, si no por todos los matices que esta encierra, señala a EFE el actor, director, productor y guionista de esta película independiente que llega este viernes a las salas de cine.
"Dentro de la dureza de la enfermedad es una película esperanzadora", asegura Molina, quien explica que la idea de realizar este proyecto -que ha sido un "auténtico quebradero de cabeza" debido al largo tiempo de rodaje que les ha llevado- surge tras enterarse un día que su tío padecía alzhéimer, una enfermedad que afecta a entre 30 y 35 millones de personas en el mundo, según datos de la OMS.
"El guion de la película me salió del corazón. Un día, al llegar a mi casa, me encontré a mi tío en el portal, totalmente desubicado, no sabía si vivía ahí. Ver eso en un familiar cercano y más alguien a quien adoro me impactó mucho, tanto que en mi cabeza empezó a germinar la idea de llevar esta enfermedad al cine. Además, es una manera bonita de empatizar con los familiares que tienen casos iguales", argumenta.
Más información: EFE