Hasta hace no mucho la ciencia asumía que todo estaba en los genes. Esta visión de la biología ha condicionado la forma de desarrollar muchas investigaciones. Al descubrir numerosos genes que influyen en la generación de enfermedades, los tratamientos se han enfocado en modificar la genética. Si bien los genes son condicionantes en el desarrollo de patologías, el descubrimiento hace algunos años de los factores epigenéticos está cambiando la forma de investigar. ¿Qué pasaría si no fuesen los genes los que mandan? ¿Qué pasaría si hubiese un factor externo a la genética que pudiese modificarla? En el caso de la diferenciación celular se ha pasado de creer que eran los genes los que determinaban si una célula indiferenciada se convertía en célula hepática o en ósea, a descubrir que el ambiente químico podía inducir la formación de uno u otro tipo de células. En este sentido dos nuevas investigaciones abren aún más el campo de lo epigenético después de lograr transformar células de la piel en neuronas sólo modificando las sustancias químicas a las que está expuesta la célula.
Ambas investigaciones, realizadas en dos laboratorios chinos independientes el uno del otro, han obtenido resultados similares en la reprogramación química de las células. En uno de los laboratorios se usaron células humanas de personas sanas y de personas con Alzheimer; en el otro se trabajó con células de ratón, pero en ambos casos los logros fueron los mismos: la transformación de una célula adulta diferenciada en otra diferente, sin necesidad de alterar los factores de transcripción genéticos. De alguna manera, aunque la célula se haya diferenciado conserva en los genes el resto de posibilidades de célula diferenciada, y una modificación en el ambiente químico al que está expuesta puede hacer que cambie de identidad.
Uno de los problemas que pueden presentarse con estas prácticas es que la célula se modifique, digamos, sólo en apariencia. Quiere decir que no sea capaz de reproducir todas las funciones de una célula diferenciada mediante un proceso natural. Parece que los laboratorios chinos, si sus observaciones con correctas, han logrado modificar las células y que estas reproduzcan, de forma muy similar a las células naturales, tanto sus expresiones genéticas, los potenciales de acción y, para el caso de las neuronas, incluso formaciones de sinapsis.
Fuente: Noticias de la Ciencia
Fuente: teknlife.com