Grupo internacional de científicos encuentra que niveles mínimos de radiaciones ionizantes, mucho menores que los que se reciben durante una tomografía computarizada, provocan cambios cerebrales que guardan similitud con la enfermedad de Alzheimer ¿Las radiaciones elevan el riesgo de alzhéimer? Eso aún hay que demostrarlo.
Las radiaciones ionizantes forman parte cotidiana de nuestra vida. Nos vienen de elementos naturales presentes en el medio ambiente, como el radón, un gas que surge de la tierra y las rocas y que es la principal fuente de radiación natural. Pero también estamos expuestos a radiaciones artificiales, como cuando nos hacemos rayos x u otras técnicas diagnósticas o terapéuticas.
Normalmente esas radiaciones no son suficientes para causar daños en el organismo ¿Pero sucede lo mismo con el efecto acumulativo? Una puede no significar mucho, pero esa exposición constante ¿Qué consecuencias puede traer a largo plazo? ¿Tiene alguna relación con enfermedades que surgen en la tercera edad?
Una idea semejante guió a un grupo de investigadores daneses, alemanes y japoneses que se preguntó si el efecto acumulativo de la radiación ionizante podía influir en el riesgo de una persona de desarrollar alzhéimer. En una investigación publicada en la revista Oncotarget, los científicos encontraron razones suficientes, al menos, para seguir ahondando en esta área.
Fuente: TITI