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Mucho más que un hábito

Las bondades de la dieta mediterránea se revelan, cada vez más, como la verdadera repuesta a cuestiones que, desde tiempos inmemoriales, se venían planteando nuestros antepasados. Preguntas relacionadas con sus propiedades nutritivas y terapéuticas que, antaño, se intuían, aunque no se conocían en profundidad. 
Así, los nuevos estudios científicos, que intentan profundizar en este tema buscando una explicación en el laboratorio a los beneficios de este tipo de alimentación, no paran de descubrir motivos que invitan a seguir sus deliciosas pautas. El último, publicado recientemente en la revista especializada British Journal of Cancer, señala que la dieta mediterránea tradicional tiene efectos cardioprotectores, pues se ha visto que quienes la consumen presentan un menor riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer y hasta un 33 por ciento menos de sufrir tumores gástricos. 
Pero esta no es la única ventaja de este tipo de nutrición, basada en el consumo de verduras, pescado, hortalizas, frutas, aceite de oliva, huevos, carne roja y alimentos procesados, con moderación. El informe concluye que las mujeres que apuestan por ella podrían reducir su riesgo de cáncer de útero en más de la mitad. Para afirmar este extremo, investigadores transalpinos analizaron las comidas de más de 5.000 italianas para ver cómo se ajustaba su alimentación a la dieta mediterránea y si iban a desarrollar cáncer de útero. Así, los expertos descubrieron que las mujeres que se siguieron este tipo de nutrición más de cerca, rebajaron las posibilidades de padecer estos tumores en un 57 por ciento. Por contra, en el caso de las féminas cuya alimentación difería bastante de la dieta mediterránea, no se redujo su riesgo de cáncer de útero.
«Nuestra investigación muestra el impacto que una comida sana y equilibrada podría tener sobre el menor riesgo de una mujer de desarrollar cáncer de útero. Esto añade más peso a nuestra comprensión de cómo las opciones del día a día, al igual que lo que comemos y lo activos que somos, afectan a esta cuestión», señala la autora principal del estudio, Cristina Bosetti, del Instituto de Investigación Farmacológica de Milán.
 
Mayor investigación. Por su parte, la doctora Julie Sharp, jefa de información de salud de Cancer Research UK, uno de los patrocinadores de este trabajo, explica que, «aunque sabemos que el envejecimiento y el sobrepeso aumentan las posibilidades de desarrollar tumores de útero, la idea de que una dieta mediterránea podría ayudar a reducir ese riesgo necesita más investigación, en parte debido a que este informe se basa en lo que las personas recuerdan que habían comido».
«El riesgo de cáncer se ve afectado por nuestra edad y nuestros genes, pero un estilo de vida saludable también puede desempeñar un papel trascendental en la reducción del riesgo de algunos tipos de esta enfermedad. De igual forma, no fumar, mantener un peso adecuado, la actividad física, comer de forma responsable y reducir el consumo de alcohol, ayuda a reducir las probabilidades», concluye.

Con la colaboración de