La compañía granadina ha recibido el premio en la categoría de Innovación tecnológica por invertir más de 30 millones de euros en I+D, lo que le ha permitido solicitar varias patentes.
Neuron Bio nació con un objetivo de lo más noble: curar el Alzheimer. Gran parte de sus recursos de investigación se destina a la búsqueda y desarrollo de fármacos para la prevención y el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas y, en particular, del Alzheimer. Sin embargo, ésta no es su única línea de negocio, ya que la compañía, siempre dentro del sector de la biotecnología, ha ampliado sus actividades a otras áreas y cuenta con una división de diagnóstico y otra de servicios, a través de la que desarrolla proyectos de investigación para entidades públicas, así como compañías farmacéuticas, biotecnológicas, de agroalimentación o salud animal.
La investigación es su prioridad y forma parte de su ADN como empresa. De hecho, desde su constitución, hace ahora una década, la firma ha invertido más de 30 millones de euros en proyectos de I+D+i. Como resultado, Neuron Bio dispone de una gran colección de moléculas de alto valor, compuestos neuroprotectores, una decena de solicitudes de patentes y plataformas exclusivas para el descubrimiento y desarrollo de fármacos.
Esta trepidante actividad investigadora es lo que el jurado de los XI Premios Pyme ha tenido en cuenta a la hora de otorgar a Neuron Bio el galardón en la categoría de Innovación Tecnológica.
Desde su fundación, en 2005, su evolución ha sido más que destacada, sobre todo, teniendo en cuenta que los retornos en el sector de la biotecnología son más lentos que en otros ámbitos, además de la incertidumbre que generan los proyectos de investigación. "En España, los negocios con mayores tiempos de desarrollo, como las empresas biotecnológicas, son los más difíciles de comprender. Firmas del Nasdaq valoradas hoy en cientos de millones de dólares tienen pérdidas durante años. Aquí no se entiende y siempre vamos a la cuenta de resultados. El inversor en biotecnología debería entender los riesgos y los tiempos que precisan este tipo de empresas e invertir en consecuencia. Desde luego no son compañías que vayan a cambiar significativamente su valoración en semanas o meses; hemos de darles tiempo", explica Javier S. Burgos, director general de Neuron Bio.
En su caso, tomaron la decisión de salir a Bolsa en 2010, ampliando así sus vías de financiación. Tres años más tarde, la compañía amplió sus instalaciones y, además de su sede en Granada, estrenaron laboratorio en el Parque Científico de Madrid. En una década, la firma ha logrado pasar de tres empleados a medio centenar, de los que la mayoría son investigadores. De hecho, más del 85% de la plantilla está directamente implicada en tareas de I+D.
Además, la compañía cuenta con una filial, Neol Bio, dedicada a la biotecnología industrial, con aplicaciones en los sectores de la oleoquímica, la bioenergía y los biopolímeros.
Todos los esfuerzos realizados por la compañía en los últimos años se han traducido en importantes descubrimientos, sobre todo en el ámbito farmacéutico. Por ejemplo, la compañía ha diseñado y solicitado una patente para una enfermedad rara infantil, el síndrome de Smith-Lemli-Opitz. Aunque su actividad está centrada en enfermedades neurodegenerativas en general, sus mayores esfuerzos se centran en el Alzheimer. De hecho, cuenta con cinco nuevos compuestos neuroprotectores patentados para esta afección y la epilepsia. Hace unas semanas, la compañía logró el visto bueno de Japón, que aprobó la patente para uno de estos compuestos.
Aunque la vacuna contra el Alzheimer todavía está lejos de ver la luz, "sin lugar a dudas, cada día estamos más cerca de entender los procesos asociados a esta enfermedad y, por tanto, de diseñar y desarrollar nuevas terapias para modificar el curso de esta devastadora patología del sistema nervioso".
La biotecnología cotiza en Bolsa
Imagen del momento en el que Neuron empezó a cotizar en el MAB, en 2010.
En 2010, Neuron Bio se convirtió en la primera biotecnológica que debutó en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB). "Cotizar en el MAB significa por un lado transparencia, ya que nosotros tenemos que comunicar semestralmente nuestras cuentas y cómo va el negocio, lo cual es siempre positivo; y por otra parte implica obtener fuentes de financiación alternativas o paralelas a los bancos, y en este sentido el MAB es una buena opción de conseguir pulmón económico para seguir desarrollando nuestros proyectos", explica el director general de la compañía, Javier S. Burgos.
Fuente: expansion.com
