Cada semana toca un país diferente y tanto niños como mayores con inicio de alzhéimer -cada uno en sus respectivos centros- se informan sobre estos lugares y elaboran postales o presentaciones de Power Point con datos y productos típicos de cada uno. Después, vía Skype, unos y otros enseñarán lo que han hecho. Esta es solo una de las actividades del programa 'Tengo algo que contarte...' en el que participan 17 mayores de A Coruña y 20 niños de la escuela infantil de Los Rosales y que permite que estos 'abuelos adoptivos' estimulen su memoria y su ilusión. Ayer todos se reunieron en una fiesta de Navidad
Ejercitar la mente y la ilusión. Este es el objetivo del programa Tengo algo que contarte... de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer de A Coruña (Afaco) en el que mayores con inicio de demencia trabajan en común con los que han bautizado como sus nietos adoptivos, alumnos de la escuela municipal de Los Rosales, con los que se intercambian cartas, comparten excursiones o a los que leen cuentos. "Cada mes tienen que hacer una actividad sobre una misma temática -cada uno en su centro- y después la ponen en común a través de conexiones por Skype o en reuniones presenciales", explica la responsable de este programa, Nerea Rey.
La idea surgió hace casi dos años cuando un grupo de mayores de Afaco acudió a la guardería de Los Rosales para ejercer de cuentacuentos con los más pequeños. "La reacción tanto de los niños como de los mayores fue tan buena, hubo tanta participación que decidimos poner en marcha este programa en septiembre de 2013 y que repetimos este año", señala Rey, quien explica que si el primer año la temática era el mar, este curso -en el que participan 17 mayores y 20 niños- son los viajes.
"Este año mayores y pequeños se convierten en exploradores y cada semana viajan a un país distinto. Ahora, por ejemplo, estamos con Finlandia. Los mayores realizan un power point sobre el país con información como la comida típica, añaden datos si ellos estuvieron allí y los pequeños también realizan actividades sobre los países", indica Rey, quien añade: "El objetivo es llegar a hacer actividades de 20 países distintos hasta el mes de abril".
Pese a que todos trabajan en las mismas actividades, cada pequeño tiene asignado un mayor -"es una especia de apadrinamiento y ellos hablan de abuelos y nietos adoptivos", explica Rey- de manera que cuando se hacen trabajos personalizados como postales, se elaboran ya para una persona en concreto.
Estos particulares abuelos y nietos apenas se ven en persona tres o cuatro veces al año -en la fiesta de Carnaval o la de Navidad, que se celebró ayer en el centro terapéutico de Afaco en San Diego- pero mantienen contacto mensual a través de Skype, donde se explican cómo van los trabajos o aprovechan parar contarse cuentos o cualquier otra anécdota.
Pero ya se planea alguna que otra excursión. "Al final de este curso, mayores y pequeños realizarán tareas sobre A Coruña y el objetivo es que los mayores puedan enseñarles a los niños la ciudad, organizaremos alguna salida", explica Rey.
Desde Afaco resaltan que este programa intergeneracional tiene grandes beneficios para ambas partes. "El objetivo es fomentar la creación de vínculos, acercar a las personas mayores a los cambios culturales y sociales que vivimos, contagiarles de la alegría de vivir de los más jóvenes y mejorar el desarrollo del niño", explican desde esta asociación coruñesa.
Además, en el caso de los mayores que participan -todos se encuentran en la fase inicial de alguna demencia, especialmente, alzhéimer- les permite ejercitar sus capacidades cognitivas. "Actividades como crear un power point con información de un país les permite trabajar la memoria, la orientación, etc.", explica Rey, quien deja claro que también hay mejoras a nivel afectivo. "Todos reconocen y se acuerdan perfectamente de su nieto adoptivo. Un día normal cuando vienen a buscarles sus familias y les preguntan '¿qué tal, qué hicisteis?', ellos dicen 'nada'. La respuesta cambia cuando han visto a los niños: 'Ay, vi a Nuno y estaba más alto...", explica Rey.
La de ayer era una fecha marcada en el calendario. Los niños visitaron a los mayores en el centro, jugaron, pusieron el árbol y se intercambiaron postales navideñas.
Fuente: laopinioncoruna.es