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Nietos «postizos» contra el alzhéimer

Un proyecto pionero de Afaco se presentó en el congreso nacional de Valladolid

Este fin de semana se celebró en Valladolid el Congreso Nacional del Alzhéimer, y la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzhéimer de A Coruña (Afaco) estuvo presente para presentar una iniciativa pionera que se llama Tengo algo que contarte que llevan dos años desarrollando conjuntamente con la escuela infantil de Los Rosales. «Surgió a raíz de una visita que realizamos a los niños de la escuela en mayo del 2003, y después de observar la reacción que tuvieron tanto niños como mayores, cómo se comunicaban e interactuaban entre ellos, decidimos poner en marcha este proyecto» cuenta Nerea Rey, logopeda de Afaco y responsable de este proyecto que busca mezclar a dos generaciones dispares para que ambas saquen provecho del encuentro.

«Es increíble el modo en que se relacionan. La metodología que utilizamos se basa principalmente en el juego, y a través de él van relacionándose niños y mayores, compartiendo ejercicios, experiencias y aprendiendo unos de otros», asegura la logopeda que presentó la iniciativa en Valladolid con la intención de «que la gente lo conozca y que vea que lo puede implantar en otras asociaciones».

Lo que comenzó como una experiencia aislada terminó convirtiéndose en una de las terapias fundamentales de Afaco que aprovechan no solo los mayores: «Tiene beneficios también para los niños. A los mayores les mejora la autoestima, la motivación, disminuye su aislamiento y favorece la creación de vínculos con la comunidad, se relacionan más. Y los niños mejoran su comportamiento, les ayuda en su aprendizaje, maduran los principios del respeto y la tolerancia. Así que los beneficios son mutuos y numerosos», afirma Nerea Rey.

Pero aparte de todo esto, hay que destacar el aspecto emocional y afectivo de esta actividad: «El vínculo que se establece entre el mayor y el niño no se puede describir con palabras. Los padres de los chavales nos lo manifestaron y nos cuentan que los niños con los que trabajamos el pasado curso todavía se acuerdan de su abuelo postizo. Y nuestros mayores también lo recuerdan con especial emoción», asegura orgullosa la responsable del proyecto.

A través de distintas actividades lúdicas, como talleres de manualidades y cuentacuentos, se fue tejiendo una relación que ha marcado a todos los participantes. Pero los pequeños crecen y cambian de ciclo: «Este año cambiamos los niños, porque han terminado la escuela infantil y se van al cole de mayores. Pero repetiremos la experiencia», cuenta Nerea Rey.

Fuente: lavozdegalicia.es

Con la colaboración de