La Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras demencias de Galicia (Afaga) protagoniza un doble estreno en Nigrán. Hace una semana que ha puesta en marcha su nuevo servicio de atención a personas con enfermedades neurodegenerativas y a sus familias y será en Panxón donde promuevan el primer coro de pacientes. Además en este trabajo musical se involucrarán escolares de la parroquia, por lo que el sistema es de por sí, doblemente innovador.
«Los pacientes recuerdan la letra, el ritmo y melodía de canciones cuando han olvidado incluso los nombres de personas muy cercanas debido a su carga emocional», indica la primer teniente de alcalde, Raquel Giráldez. La musicoterapia, añade, «permite la estimulación de las capacidades cognitivas y la comunicación a nivel emocional, ralentizando la evolución de la enfermedad y sus limitaciones funcionales». De ahí surge el proyecto en el que también involucrarán a jóvenes escolares, «para favorecer la interacción entre generaciones». Esperarán a que avance el curso escolar para programar las actividades del coro, pero ya han empezado a trabajar en el servicio de Afaga en Panxón.
En este centro ofertan talleres de estimulación cognitiva y funcional para ayudar a los afectados a mantener su autonomía y mejorar sus relaciones sociales así como atención a sus familias,. Realizan dos sesiones de tres horas cada una a la semana y en el jardín cuentan además con un gallinero y dos caballos que ayudan a crear un entorno más agradable para el trabajo, explica la edila. Aún hay plazas libres porque el centro ha empezado su andadura con solo seis personas, así que quedan otras tantas vacantes para vecinos de toda la comarca de O Val Miñor.
«La Seguridad Social solo te da el diagnóstico y pastillas pero te sientes perdido», indica Antonio Castelo. Su padre tiene alzhéimer y es uno de los usuarios del servicio recién inaugurado en Nigrán. «Es fundamental no encerrarse en casa, a la enfermedad tiene que hacerle frente toda la familia y es prioritario tener una asociación de referencia, como en este caso es Afaga, porque lo peor es la falta de información», considera.
Durante un año acudieron a este servicio a Vigo, porque aún no había abierto el de Nigrán, donde reside la familia. «Tener esta referencia te ayuda a coger la enfermedad de otra manera. Nos enseñan a cómo ir actuando y preparándonos para las distintas fases de la enfermedad, incluso a organizarse a nivel económico para prever los cambios que va a ir que ir haciendo en casa o las subvenciones a las que poder acogerse», explica. Antonio Castelo defiende la visibilidad de esta enfermedad. «Ellos necesitan comunicarse con los demás y hacer cosas que en casa no sabemos. Es fundamental buscar su felicidad, haciéndoles saberse útiles», insiste.
Fuente: lavozdegalicia.es