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No se valora lo que hacemos y eso nos produce mucha tristeza y desánimo

Neuróloga. Dirige la Unidad de Demencias del hospital Virgen de la Arrixaca desde hace varios años, en la cual trabajan once personas. Pese a los magníficos resultados de este servicio y de las repercusiones que pueden tener sus investigaciones, los que lo integran no se sienten valorados. Destaca los avances en la investigación de las enfermedades neurodegenerativas

Lograr donantes de cerebros, de adultos y menores, los ha colocado en los primeros puestos a nivel nacional e incluso mundial. Y también ha supuesto que se puedan hacer importantes avances en el conocimiento de las enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson y las menos conocidas, como las frontotemporales.

No es poco lo que se ha logrado en poco tiempo en este hospital con el Banco de Cerebros.

Efectivamente, y es muy importante saber dónde estamos y qué estamos haciendo, y mimar aquello que ha costado tanto trabajo y esfuerzo hacer con una calidad extraordinaria y de una manera muy profesional. Y, por supuesto, gracias también a la generosidad de pacientes y familiares. Pero tengo la sensación de que da un poco igual, que no se valora. Y esto nos produce tristeza, desánimo.

Pero al igual que la sociedad está muy mentalizada a donar órganos como el corazón, no lo está tanto con el cerebro.

No. No es normal que se done el cerebro porque no se puede trasplantar. Aquí la filosofía es diferente porque se dona por dos motivos: una mitad se destina a diagnóstico y la otra para investigar. Y necesitamos tanto cerebros sanos como de pacientes con enfermedades degenerativas. Lo ideal es que uno se haga donante cuando todavía se tiene la capacidad de decisión total.

¿Qué se está logrando con estas donaciones?

Aprender mucho sobre las enfermedades neurodegenerativas, sobre todo de aquellas más desconocidas, como las frontotemporales. Y hallar qué tipo de proteínas estaban alteradas en el cerebro. Se ha podido conocer poco a poco su origen y clasificarlas. Y esto ha ocurrido durante los últimos 30 años. Y aunque no se puede trasplantar como otros órganos, lo cierto es que gracias a estas donaciones en un futuro no inmediato puede llegar a salvarse vidas. Hoy podemos ayudar a personas en este campo tan complejo gracias a la generosidad de personas de hace 50 años.

¿Cómo afecta este órgano al resto del cuerpo?

En el organismo los compartimentos no son tan estancos y el cerebro es un detector extraordinariamente fino y sensible de la salud del resto del organismo, sobre todo de la salud cardiovascular y digestiva. Se ha comprobado la relación de los factores cardiovasculares

Con la colaboración de