Director científico de CIC biomaGUNE, reciente miembro de la Real Academia de las Ciencias, y galardonado con el premio Rey Jaime I de la investigación básica. Luis Manuel Liz-Marzán es una celebridad de la investigación básica. Lidera proyectos que podrían derivar en técnicas para diagnosticar el cáncer de próstata o en productos comerciales para detectar las infecciones bacterianas en el cuerpo.
Su carrera no ha dejado de crecer.
-Si me preguntases hace 20 años si tenía intención de hacer alguna aplicación comercial, te diría rotundamente que no. Pero uno va aprendiendo, no solo del resto del mundo, sino también de la gente que viene a trabajar en el laboratorio. Es lo que hace que se diversifique la temática.
Ahora se dedica usted a la investigación aplicada, pero sobre todo a la básica. ¿Cuál es la diferencia entre ellas?
-La investigación básica, como concepto, está dirigida a entender mejor un ámbito de conocimiento. Por ejemplo, la naturaleza, o cómo funcionan las personas. Es imprescindible para poder desarrollar también nuevos productos, y materiales para la vida diaria. A veces se hacen distinciones entre la investigación básica y la aplicada dependiendo del objetivo final. En la aplicada el objetivo es llegar a un determinado producto. Mientras que en la investigación básica uno se hace preguntas e intenta responderlas.
¿Podría poner un ejemplo práctico?
-Uno puede preguntarse por qué las células se dividen y reparten el material en dos unidades, en lugar de juntarse con otra célula y formar una tercera. Una vez que eso se entiende, se llega a la posibilidad de obtener un método para la regeneración de tejidos. El planteamiento es diferente y para poder hacer investigación aplicada es necesario que exista la investigación básica, que explique las cosas.
En CIC biomaGUNE trabajan en ambos campos.
-Sí, hay mucha investigación básica en la que cada grupo de investigación se enfoca en un área distinta de los biomateriales. Busca preguntas que resolver dentro de un campo determinado, pero cada uno también tiene en mente para qué puede servir el conocimiento que está desarrollando. A partir de ahí, también se busca que parte del conocimiento desarrollado sirva para nuevos productos.
¿En qué se enfoca su grupo de investigación?
-Nos dedicamos a la fabricación de trocitos de metales muy pequeños. Tan pequeños que a lo ancho de un cabello cabrían cerca de 10.000 de esos trocitos. En esos tamaños los metales tienen propiedades diferentes y la que más nos interesa es la interacción con la luz. Después de entender cómo se forman las partículas, diseñamos métodos que permitan hacerlas todas iguales para que tengan las mismas propiedades. Una vez que se tiene, es interesante saber trasladar esos materiales de un líquido a un dispositivo donde luego se puedan utilizar. Por último hay que ver la respuesta de las partículas para poder aplicar eso en técnicas de detección muy sensible e incluso para técnicas de diagnóstico.
Son pioneros en este ámbito de la investigación de biomateriales.
-En el momento que empecé el grupo en la Universidad de Vigo no había muchos estudios en este campo. Sí estamos entre los primeros en trabajar en eso y quizá de los más reconocidos del mundo. Los avances que vamos haciendo van teniendo reflejo en lo que hacen los demás. Una de las técnicas que más utilizamos para la detección y diagnóstico se llama espectroscópica y mide unidades de moléculas cuando se juntan con estas nanopartículas. En ese campo llevamos trabajando alrededor de siete u ocho años y creo que nuestras contribuciones han sido bastante importantes para los procesos que permiten hacer esa detección.
¿Qué avances han desarrollado para facilitar la localización de enfermedades?
-Tanto nuestro grupo, como en colaboración con otros grupos de fuera, hemos diseñado nuevas técnicas para la detección muy sensible de anticuerpo que indica la existencia de cáncer de próstata. También hemos demostrado de forma preliminar que esta técnica podría servir para la detección en etapas tempranas de enfermedades neurodegenerativas, como puede ser el alzhéimer. No tenemos un kit que permita diagnosticar el alzhéimer, pero sí hemos demostrado que a nivel de laboratorio la técnica que utilizamos se podría aplicar a esa detección muy temprana.
¿Qué esperan lograr en un futuro?
-Ahora mismo estamos trabajando también en temas de detección de procesos en colonias de bacterias que podría tener relevancia en un futuro cercano, en la identificación de infecciones bacterianas incluso a nivel del cuerpo. Por ejemplo, en procesos postoperatorios donde puede haber problemas de infecciones. Queremos incluso llegar a tener un producto comercial, lo cual depende del interés de las empresas y de la competencia con otras técnicas.
¿La investigación básica es la gran olvidada para la financiación?
-Sí, nos llegan mensajes incluso desde la financiación europea donde se pide cada vez más que participen empresas directamente en los proyectos y son casi las empresas las que dirigen los temas de investigación. Eso no es malo en sí, mientras que cuide lo demás. Hay que mantener las dos cosas y el dejar de financiar la investigación básica sería perder muchos recursos que existen ya.
Fuente: noticiasdegipuzkoa.com
