Mari Ángeles Contreras asegura que la mejor receta para ayudar a los enfermos de alzheimer es ofrecerle cariño y un tratamiento individualizado, que realizan en la Unidad de Día de La Merced.
-¿Cuánto tiempo lleva al frente de la asociación?
-Cogí el cargo en 2007, aunque llevó asociada desde el año 1999. Normalmente todo el mundo que entra en la asociación es porque tiene una serie de necesidades y carencias al tener un familiar enfermo y por ello buscamos encontrarlas aquí, desde donde intentamos cubrirlas y poco a poco vamos consiguiendo una buena serie de servicios para que tanto el familiar como el enfermo estén atendidos.
-Los familiares llegan a sufrir mucho con esta enfermedad por el aspecto psicológico, aunque no tanto como el enfermo, ¿no?
-Son circunstancias distintas las que viven. El enfermo necesita que lo atendamos de una forma y el familiar requiere un apoyo psicológico y ayuda social para buscar recursos, que por ejemplo le permitan conseguir subvenciones de distintos organismos, a lo mejor para adaptar el baño de la vivienda, para solicitar tarjetas de aparcamiento o para pedir pensiones por incapacidad. Pienso que somos bastante completos en los servicios que prestamos, guiándolos.
-De cara a los enfermos, ¿qué actividades desarrolla la asociación?
-Desde el año 2002 llevamos con la Unidad de Día abierta, donde llevamos a los enfermos por la mañana desde sus domicilios. Hacemos talleres con ellos dependiendo del nivel de alcance de la enfermedad.
-La enfermedad de alzheimer hace tiempo que se descubrió pero quizás el problema que tiene es que no se ha detectado como detenerla, ¿no?
-Sí, porque todavía no se ha descubierto el por qué. No podemos podemos poner una vacuna porque no sabemos lo que estamos combatiendo. La enfermedad de alzheimer ataca las neuronas pero no sabemos el motivo. Hasta que no se averigue el origen, no se puede detener. De momento lo único que se ofrecen son tratamientos paliativos para ralentizar el avance pero que no tienen una capacidad para frenar la enfermedad un determinado número de años. En todo caso, nosotros combatimos de forma no farmacológica el avance intentando mantener sus capacidades el máximo tiempo posible, aunque influye bastante el nivel intelectual de cada enfermo y la verdad es que los resultados son buenos. No es que seamos magos, pero hay gente que ha llegado aquí 'adormilados', como les llamamos nosotros, y cuando comienzan a trabajar se 'reactivan' un poco. La mejor receta para ayudarles es ofrecerles mucho afecto y cariño.
Fuente: lavozdigital.es