Una nueva investigación presentada en Chicago en la Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer de 2018 (AAIC) se centra en los recientes éxitos y los desafíos actuales de los tratamientos farmacológicos y no farmacológicos para los síntomas no cognitivos experimentados por personas que viven con demencia de Alzheimer.
Mientras que los síntomas de memoria y pensamiento asociados con la enfermedad son los más conocidos, son los síntomas conductuales y psicológicos de la demencia (SCPD): agitación, ansiedad, apatía, depresión, deambulación, alucinaciones, insomnio, incontinencia, desinhibición, los que a menudo causan los mayores desafíos de cuidado y son las principales causas de colocación en hogares de ancianos o de vida asistida. Si no se trata, estos síntomas pueden acelerar el declive cognitivo y reducir la calidad de vida.
«Es muy importante que, a medida que seguimos avanzando en el tratamiento y la prevención de la memoria y los síntomas del Alzheimer y otras demencias, también nos centremos en estrategias terapéuticas para el comportamiento y otros síntomas no cognitivos», agregó María Carrillo, PhD, directora científica de la Asociación de Alzheimer.
La Asociación de Alzheimer recomienda enfoques no farmacológicos, como las intervenciones psicosociales, como alternativas de primera línea a la terapia farmacológica para el tratamiento de las conductas relacionadas con la demencia. Estas terapias incluyen terapia de validación, reminiscencia y otras intervenciones psicosociales personalizadas.
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