El problema actual con el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer es que se hace en estadios muy avanzados y mediante pruebas tan invasivas como una punción lumbar o tan costosas como un PET cerebral. Lo ideal sería detectarla de manera tan accesible como se detectan niveles elevados de colesterol; mediante una analítica de sangre y cuando aún no ha provocado el deterioro de áreas cerebrales claves para el funcionamiento cognitivo. La mayoría de los fármacos que se están investigando hoy en día están orientados a fases tempranas de alzhéimer; sin una prueba que permita un diagnóstico temprano esos fármacos verán muy limitada su eficacia.
Ahora bien, como en varias ocasiones hemos explicado, diagnosticar el alzhéimer o cualquier otra enfermedad mediante el análisis de muestras de sangre, implica saber previamente qué sustancia cambia (o surge) cuando aparece la enfermedad: es lo que se llama biomarcador. Ya existen varios, son los que permiten realizar las pruebas mencionadas anteriormente, el PET o la punción lumbar, pero recuerden: el objetivo es encontrar el biomarcador en fluidos periféricos de fácil acceso, como la sangre o la saliva.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Tel Aviv, del Centro Médico Rambam, ambos en Israel, y de la Universidad de Harvard, en EE.UU, han identificado una proteína que puede medirse en la sangre y que se relaciona con el estatus cognitivo de la persona. La investigación, publicada en la revista Journal of Alzheimer’s Disease, abre la puerta a crear una prueba poco invasiva para diagnosticar la enfermedad de Alzheimer y evaluar la salud cognitiva en general.
Fuente: 2ti.es