Las personas mayores con endurecimiento de las arterias son más propensas a tener placas cerebrales de β-amiloide, que se asocian con la enfermedad de Alzheimer, según un reciente estudio.
El estudio incluyó a 91 personas con una edad media de 87 años (rango: 83-96 años), que no sufrían de demencia y que se sometieron a pruebas de imagen (resonancia magnética y tomografía por emisión de positrones) usando el compuesto Pittsburgh C, un marcador de placas de β-amiloide del cerebro. Dos años más tarde se midió la presión sanguínea, la presión arterial media y la rigidez de las arterias mediante velocidad de onda del pulso.
Casi la mitad de los participantes (n = 44) mostraban placas cerebrales en la tomografía por emisión de positrones, y esas personas eran más propensas a tener una presión arterial sistólica, una presión arterial media más elevada y una mayor rigidez de las arterias. El aumento de una unidad en la rigidez arterial se traducía en el doble de probabilidades de presentar placas amiloideas en el cerebro. La rigidez arterial fue mayor en las personas que tenían tanto placas amiloideas como lesiones en la sustancia blanca del cerebro.
Fuente: neurologia.com