Las personas mayores integran el colectivo más vulnerable ante el Covid-19. Parte de ese grupo de máximo riesgo lo forman quienes padecen algún tipo de demencia, que son a quienes dedican su atención y esfuerzos los integrantes de Alzheimer León. La directora gerente de la asociación, Flor de Juan, repasa para Ical la situación actual y la realidad futura que puede dibujar la pandemia.
La entidad presta servicio a diario, con una plantilla de 70 personas, a unos 350 usuarios (más de 40 en Santa María del Páramo, otros tantos en las instalaciones del Colegio de Huérfanos Ferroviarios -CHF- en la capital y el resto en las dependencias de la calle Fotógrafo Pepe Gracia, también en León) a los que el coronavirus ha dejado totalmente en manos de sus familiares o cuidadores habituales.
A Flor de Juan las consecuencias de la pandemia le llevan a reflexionar sobre el dramático protagonismo de los más débiles. «El mayor decaimiento en nuestras filas es este mecanismo de etiquetado al que hemos ido en nuestra sociedad; las personas mayores y con patologías crónicas no pueden ser prioritarias y no se les atiende en igualdad. Nuestra lucha es reforzar el cuidado y plantear los derechos de las personas con demencias porque nuestro usuario dentro del sistema no es prioritario, gris o negro», explica.
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