Estamos viviendo una situación nueva para todos, que ha representado un cambio brusco en nuestras vidas: aquí se pone en juego, entre otras cosas, la capacidad de adaptación que tenemos para afrontar acontecimientos adversos o negativos. La incertidumbre del futuro inmediato y a medio plazo, la limitación de la movilidad o el miedo al contagio del coronavirus son aspectos que pueden angustiarnos. Se trata de una reacción normal: el hecho de estar ansiosos nos pone en alerta para tomar medidas de seguridad de forma activa.
Por ejemplo, seremos muy conscientes de que nos tenemos que lavar las manos bien y frecuentemente, o de que tenemos que mantener una distancia entre personas para evitar el contagio de la enfermedad. En este sentido, es una ansiedad “adaptativa”, que nos protege.
No obstante, las personas con deterioro cognitivo leve o con demencia, por sus características, pueden tener más dificultades para adaptarse a esta situación.
Más información: Know Alzheimer