«Parece sorprendente, pero el querer a personas o ser querido afecta a nuestro estado cerebral»
«Personalmente creo que la investigación tiene que ser una de las claves para salir de la crisis»
«Trasplantes cerebrales, ¿el sueño de Frankenstein o una esperanza para la humanidad?». Es el sugerente título de la conferencia que impartirá en Zamora el próximo jueves (ciclo de Divulgación Científica en La Alhóndiga) José Ramón Alonso, quien fuera rector de la Universidad de Salamanca, actual director general de Políticas Culturales de la Junta y sobre todo, investigador de los entresijos del todavía misterioso mundo del cerebro y sus posibilidades de recuperación, sobre todo en enfermedades neurodegenerativas.
-¿Realmente es posible el trasplante de cerebro?
-En los países desarrollados, como España, uno de los grandes problemas que tenemos son las enfermedades neurodegenerativas, como alzhéimer o párkinson, contra las que realmente tenemos muy pocas herramientas. Una de las que se están investigando, y el grupo al que pertenezco lo está haciendo desde hace años, han sido los trasplantes dentro del cerebro. Nosotros hablamos normalmente de trasplantes neuronales.
-¿Son ya posibles?
-Hay trabajos de laboratorio que por un lado no han dado el paso aún a la clínica para poder tratar a pacientes. Pero por otro lado, son prometedores. Hay que combinar una mezcla de prudencia y de esperanza. De ver cómo el cerebro es mucho más flexible de lo que pensábamos hasta hace muy poco, de ver que podemos reparar algunas cosas del cerebro que hace cinco años parecían impensables y luego hay distintas posibilidades con células normales o con células madre. La de Zamora será una conferencia fácil de entender para todo el mundo con la idea de difundir los avances científicos a la gente.
-¿Qué es eso de la plasticidad del cerebro? ¿Tiene capacidad para autorrepararse?
-Sobre todo tiene capacidad de adaptarse. Nuestro cerebro se adapta de una forma muy sencilla, con una plasticidad, flexibilidad. Es lo que sucede en el aprendizaje, cuando hemos aprendido una nueva palabra, un nuevo conocimiento o habilidad, el cerebro se ha modificado. Y hemos visto que el cerebro era mucho más flexible de lo que pensábamos. Por ejemplo, en la vida adulta incorpora nuevas neuronas; si hace unos años un estudiante pone eso en un examen, le habría suspendido y le hubiera dicho, «no has entendido nada». Ahora sabemos que eso es posible, aunque sólo sucede en dos zonas concretas del cerebro. Lo que tratamos es que esas nuevas neuronas que se generan en el cerebro vayan a los lugares donde la hemos perdido.
-¿Qué estrategias hay para conseguirlo?
-Una es trabajar con células fetales, otra con células madre externas y la tercera con células madre del propio animal. Realmente lo que aceptamos ya como un éxito que son los trasplantes de riñón o trasplantes de corazón, que son órganos que tienen un defecto y los podemos sustituir, en el caso del cerebro yo no creo que podamos sustituirlo nunca, pero sí parece posible sustituir alguno de sus elementos estropeados.
-Sin embargo, parece mucho más delicado manejar el cerebro que el hígado o el riñón.
-Por supuesto, es extremadamente delicado y lo más importante que tenemos. Si quitas un trozo de hígado, se regenera. En el cerebro eso no sucede. Pero sí tiene esa plasticidad que nos ha abierto unas perspectivas impensables hace poco. Es un trabajo que combina el hecho de que estamos viendo un nuevo mundo, unas nuevas posibilidades, pero que también nos ha pasado que algo que funciona muy bien en ratones, cuando tienes muy bien comprobada la eficacia y la seguridad en el modelo animal, cuando pasas a otro escalón resulta que deja de funcionar. Entonces no hay que vender humo, hay que contar las cosas como son, aunque es un momento de la ciencia apasionante.
-¿Desconocemos aún muchas cosas del cerebro?
-El cambio en los últimos diez años ha sido espectacular, porque ahora también disponemos de las técnicas que en algunos campos soñábamos. Ahora podemos ver el cerebro de una persona normal en funcionamiento, con unas técnicas de imagen de una potencia asombrosa, en tiempo real. Pero al mismo tiempo hay un montón de cosas por conocer. Vamos a una velocidad vertiginosa y en positivo, pero el cerebro sigue siendo la estructura más compleja del universo.
-¿El tipo de vida que llevamos puede influir en el estado de salud del cerebro?
-Sin duda nos afecta. Yo mismo he dado una conferencia sobre consejos de un neurocientífico para las personas de edad avanzada. Las personas que aprenden aunque sea a edad avanzada, la Universidad de la Experiencia, quien se aplica a un hobby con intensidad, tienen un efecto enormemente positivo. Por ejemplo el ejercicio, el que le guste ir a bailar, a caminar, a coger setas, la alimentación sana, el querer a personas y ser querido, eso afecta al estado cerebral. Hay toda una serie de cosas, basadas en investigaciones serias, que nos permiten decir lo que puede recomendar un científico para tener una vejez saludable en el cerebro, que al final es lo más importante.
-Es mala época para la cultura, también, me temo.
-La crisis nos afecta a todos, pero estamos trabajando con ilusión e intensidad. Ahora en enero estamos haciendo nuestros pequeños balances y el conjunto de museos que dependen de nosotros han subido el 6% los visitantes. El Museo del Prado ha bajado el 15%. Las bibliotecas han duplicado las actividades. Exposiciones hemos hecho 412. ¿En base a qué? Al esfuerzo de la gente, al trabajo de los funcionarios, es un orgullo trabajar con ellos. Se hace a base de ilusión, porque sabemos que ahora el trabajo nos tiene que rendir el triple. No estamos a la defensiva, ni lamentándonos y creemos en lo que hacemos. Me he reunido con los directores de los nueve museos y me reuniré con los de las nueve bibliotecas para plantearnos nuevos objetivos de cara al año que acaba de comenzar.
-Da la impresión que las bibliotecas siguen captando usuarios, pero los museos no acaban de arrancar.
-Los museos provinciales me parecen maravillosos, el de Zamora me encanta, tienen buenos fondos, pero estamos trabajando en la forma para mejorar la difusión, hacer que más gente los conozca. El Museo de la Evolución Humana es de los que más visitantes han atraído desde que se creó. Y nos damos cuenta de que hay cosas que podemos ir mejorando, hay un camino a recorrer. Pero quiero pensar que en 2014 ya se va a notar, y que hayan aumentado las visitas es porque se han puesto en marcha una serie de iniciativas que es como un goteo, que van calando y la gente ha respondido. Posiblemente en 2014 dupliquemos las actividades para niños, porque es la forma de que les quede un poso de que es un espacio atractivo.
Fuente: laopiniondezamora.es
